Las fuerzas del grupo paramilitar Wagner comenzaron ayer a replegarse en Rusia por orden de su líder, quien anunció inesperadamente su retirada tras desafiar a la autoridad de Vladimir Putin, mientras Kiev reivindicaba avances en el este de Ucrania.
El volátil Yevgueni Prigozhin, que había prometido “liberar al pueblo ruso” llevando a sus tropas hasta Moscú, finalmente dio marcha atrás para evitar un derramamiento de “sangre rusa”, según sus palabras. “Nuestras columnas dan media vuelta y volvemos a nuestros campamentos”, declaró.
Desde el anuncio de la sublevación el viernes en el suroeste de Rusia, los hombres de Wagner alcanzaron tres regiones rusas (Rostov, Voronej y Lipetsk) y se quedaron a menos de 400 kilómetros de la capital.
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tropas frenan su avance para “no derramar sangre rusa”
Aclamados por decenas de habitantes de Rostov con gritos de “¡Wagner, Wagner!”, los combatientes comenzaron a abandonar el lugar en la noche del sábado, según reporteros de la AFP presentes y pasada la medianoche, habían salido de la zona completamente, indicó el gobernador regional, Vasili Golubev.
Conforme al acuerdo alcanzado, Prigozhin podrá marcharse a Bielorrusia y evitar ser encausado judicialmente en Rusia, al igual que sus combatientes, tenida cuenta de los “méritos en el frente” ucraniano del grupo paramilitar, aseguró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. “El principal objetivo era evitar un baño de sangre (…) y enfrentamientos con resultados impredecibles”, señaló Peskov.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aliado cercano de Putin y que conoce al propio Prigozhin desde hace más de dos décadas, parece haber jugado un papel mediador clave.
Según Minsk, fue él quien propuso al jefe de Wagner frenar su avance en Rusia. “Estamos agradecidos al presidente de Bielorrusia por estos esfuerzos”, dijo el portavoz del Kremlin.
El jefe del grupo de mercenarios rusos Wagner, Yevgueni Prigozhin, que lideraba una rebelión armada contra la cúpula militar rusa, anunció el sábado que sus combatientes regresarán a sus bases tras acercarse a 200 kilómetros de Moscú, para evitar un derramamiento de sangre.