El viaje del presidente Lula Inácio Lula da Silva a Argentina marca la vuelta de Brasil a la tradición bilateral por la que el nuevo presidente de un país tiene a su vecino como primera escala en la escena internacional, una tradición que comenzó a mediados de los años ochenta, cuando Brasil y Argentina se convirtieron en el eje de la integración regional.
Este vínculo estratégico fue interrumpido por el expresidente Jair Bolsonaro en 2019, quien también dio la espalda a los demás países vecinos, aislando a Brasil en la región.
En los últimos tres años, desde que Alberto Fernández asumió el poder, Bolsonaro no ha visitado Argentina por razones ideológicas, enojado desde que Alberto Fernández visitó a su amigo Lula en la cárcel de Curitiba en 2019.
Para Brasil, su inserción internacional gana proyección al haber integrado a un socio relevante como Argentina. A su vez, la inserción internacional de Argentina pasa por la alianza estratégica con Brasil. La visita de Lula restablece el vínculo bilateral más importante para Brasil, el que le permite liderar una región.
"La visita de Lula implica un restablecimiento del vínculo bilateral y un papel de liderazgo para Brasil. Lula representa la normalización de los lazos bilaterales entre los dos socios estratégicos, tras la ruptura por parte de la gestión de Jair Bolsonaro de esta tradición de la política exterior brasileña", evalúa en diálogo con RFI el politólogo Sergio Berensztein, referente en Argentina.
Soberanía energética
Los dos países firmarán acuerdos sobre soberanía energética, integración financiera, defensa, sanidad, ciencia, tecnología e innovación, y un acuerdo de cooperación antártica.
La más estratégica a medio plazo es la soberanía energética, que prevé la construcción de un gasoducto desde la reserva patagónica de Vaca Muerta, segundo mayor yacimiento mundial de gas de esquisto y cuarto de petróleo no convencional, hasta el sur de Brasil.
La guerra en Ucrania ha creado tanto oportunidades como emergencias energéticas. En Vaca Muerta hay gas suficiente para abastecer a toda Europa. Sin embargo, Argentina carece de recursos financieros para construir un gasoducto y una planta de exportación de esta energía.
Argentina también está entusiasmada con el mercado brasileño, mientras que Brasil está interesado en garantizar su seguridad energética disminuyendo la dependencia del gas boliviano.
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Para ello, Argentina quiere que Brasil financie, a través del BNDES, la construcción del gasoducto. Lo que parece más avanzado, sin embargo, es el papel del BNDES como financiador de los tubos de acero para el gasoducto. Estos tubos los fabrica en Brasil la empresa argentina Techint. Brasil financiaría estas exportaciones a Argentina.
Esta labor estratégica dinamiza la economía de ambos países y genera gran interés entre los empresarios.
"Interesa a Brasil el gasoducto de Vaca Muerta al Sur de Brasil, creando una alternativa al gas boliviano y abaratando costes. De ahí surgen muchos negocios. Este suministro tiene potencial para ser uno de los ejes estratégicos de la relación bilateral", señala Sergio Berensztein.
Moneda común
El capítulo más controvertido está relacionado con la llamada integración financiera. Habrá un memorando de entendimiento para empezar a estudiar la posibilidad de una moneda común, además de otros instrumentos financieros compartidos.
El aspecto controvertido es la confusión entre una moneda común y una moneda única. Una moneda única significaría sustituir el real brasileño o el peso argentino por otra moneda, como el euro en la Unión Europea. Este proyecto no aparece en el horizonte.
En el caso de una moneda común, la idea implica una unidad de valor virtual que reduzca el uso y la dependencia del dólar. Esta unidad sería una referencia para las operaciones de importación y exportación en el comercio bilateral. Una unidad que surgiría en el momento de la compensación comercial. El proyecto aún está en fase embrionaria.
Las reservas del Banco Central argentino son escasas. Ante la falta de dólares, Argentina intenta sacar adelante cualquier proyecto que suponga un alivio. Una de ellas se refiere a la posibilidad de un mecanismo de swap, un intercambio de divisas entre el peso y el real en las operaciones comerciales con Brasil. Es un mecanismo entre Bancos Centrales al que Argentina podría recurrir si se queda sin dólares para importar de Brasil.
"Es una moneda esencialmente contable y aplicable al comercio bilateral entre Brasil y Argentina, eliminando la necesidad de utilizar dólares estadounidenses, lo que, para Argentina especialmente, es crucial debido a la falta de reservas internacionales en el Banco Central. Los acuerdos financieros y económicos realizados entre los dos países y pactados en dólares pasarían a esta moneda virtual", explica a RFI Jorge Castro, analista internacional argentino.
"En Argentina hay expectativas de que con la llegada de Lula al poder se concrete una dinámica de cooperación para mejorar la situación de las reservas, pero tanto el 'canje' como la 'moneda común' no parecen realizables a corto plazo", señala Berensztein.
La agenda puede incluir a Nicolás Maduro
El Presidente Lula estará en la Casa Rosada con el Presidente Alberto Fernández a última hora de la mañana del lunes, donde firmarán todos estos acuerdos y los explicarán a la prensa.
Por la tarde, siempre en la Casa Rosada, habrá una reunión con representantes de organizaciones de Derechos Humanos de Argentina y un encuentro con unos 300 empresarios, 50 de ellos brasileños.
Este elevado número de empresarios indica la expectativa de reanudación de los negocios entre los dos países, a partir de la mayor sintonía entre los presidentes Lula y Alberto Fernández.
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Lula tiene previsto reunirse con la Vicepresidenta Cristina Kirchner antes de una velada cultural con artistas argentinos y brasileños.
Es posible que Lula se reúna más tarde el lunes con el venezolano Nicolás Maduro, pero lo más probable es que el encuentro tenga lugar el martes al término de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). También habrá una bilateral con el cubano Miguel Díaz-Canel.
Brasil y Venezuela están cerca de restablecer relaciones diplomáticas con la reapertura de la embajada brasileña en Caracas, tras la ruptura durante el Gobierno de Bolsonaro.