El hallazgo de un nuevo refugio improvisado, algunas frutas mordidas y una pequeña huella reciente lleva al ejército colombiano a pensar que está "muy cerca" de encontrar a los cuatro niños indígenas que deambulan desde hace 30 días por la Amazonía.
La institución informó este martes sobre la secuencia de rastros de los hermanos de 13, 9, 4 y un año de edad que viajaban junto a su madre y otros dos adultos en una avioneta que cayó el 1 de mayo en la espesa selva del sureste del país.
Tres cuerpos de adultos fueron encontrados por el ejército en el sitio del accidente, pero los menores aún no han sido ubicados. Los indicios aparecieron el domingo y "nos confirman dos cosas: la primera es que están con vida y la segunda es que estamos muy cerca", dijo a Blu Radio el general Pedro Sánchez, a cargo de unos 160 militares que buscan a los niños en una región fronteriza entre los departamentos de Caquetá y Guaviare (sur) con el apoyo de unos 70 indígenas.
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Al principio las cuadrillas con perros rastreadores buscaban a los hermanos en una zona del tamaño de toda la provincia de Buenos Aires (323 kilómetros cuadrados), pero los nuevos hallazgos permiten reducir la zona de búsqueda "a unos 20 kilómetros cuadrados", precisó Sánchez.
Juzgando por el tamaño de la huella más reciente podría corresponder a Lesly, la mayor del grupo y quien según sus familiares se mueve por la selva con gran destreza. A diferencia de las pisadas de sandalia halladas en días anteriores, el nuevo rastro indica que la menor ahora camina descalza.
Unos 1,2 kilómetros al sur de la huella "encontramos una especie de descansadero (refugio). Muy seguramente lo utilizaron los menores una o dos noches", detalló el general. "En algún momento nos hemos cruzado (con los niños). En esa zona han estado unidades, no es que vayamos detrás de ellos" sino que las operaciones de búsqueda se organizan desde distintos puntos geográficos para rodear el área, agregó.
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Sin ver ni escuchar
Cuestionado sobre la tardanza para hallar a los niños del pueblo huitoto, Sánchez explicó que la tropa se enfrenta a "un terreno totalmente selvático, donde a 20 metros no se ve absolutamente nada. (Con) árboles de 40-50 metros (...) donde los rayos del sol entran con suma dificultad".
Además "16 horas al día llueve supremamente fuerte" lo que borra las huellas y "reduce la capacidad de escuchar cualquier movimiento", según el alto mando.
Uniformados han logrado establecer que los niños "van hacia el norte por el caño Arará, que desemboca en el Apaporis", uno de los principales ríos de la región. Allí habitan jaguares, pumas, serpientes y otros depredadores. También hay presencia de guerrilleros que se apartaron del pacto de paz firmado por las FARC en 2016.