El juez hondureño Edwin Francisco Ortez avaló la noche del miércoles la extradición del exmandatario de este país, Juan Orlando Hernández, alias JOH.
A Hernández lo requiere la justicia de los Estados Unidos por presunta participación en delitos relativos al narcotráfico.
El miércoles por la mañana se celebró la segunda audiencia de extradición para conocer la solicitud estadounidense de juzgar en su territorio al exmandatario.
En esta sesión se presentó y evacuó pruebas que presentó la corte del distrito sur de Nueva York, que anteriormente había juzgado al hermano del expresidente y a otro puñado de exlíderes del narcotráfico en Honduras.
Estos últimos implicaron, en sus juicios, al expresidente, a quien identificaron como un conspirador en su negocio de traficar narcóticos hacia Estados Unidos.
Te puede interesar: VIDEO: Así fue la llegada del expresidente de Honduras a la Corte Suprema para la segunda audiencia de extradición
Ayer, la defensa del expresidente también tuvo la oportunidad de presentar pruebas y ante el fallo del juez Ortez, tienen tres días para apelar la decisión de extraditar a JOH.
La primera audiencia fue el pasado 16 de febrero, un día después de que Hernández fuera detenido en su residencia, en una zona exclusiva de la capital hondureña, Tegucigalpa.
En ese momento, el juez del caso le decretó prisión preventiva por al menos un mes al expresidente de Honduras, según lo anunció en su momento un portavoz de la Corte Suprema de Justicia.
Delitos que le imputan
La justicia de Estados Unidos acusa a Juan Orlando Hernández de tres delitos relacionados al narcotráfico.
Al expresidente hondureño se le acusa de conspirar para traficar sustancias ilícitas a Estados Unidos.
La solicitud de extradición habla de una “violenta conspiración” para enviar a EE. UU. hasta 500,000 kilos de cocaína.
El segundo delito es relativo a la portación de armas de fuego y a instigar el uso de las mismas en apoyo a la conspiración para traficar drogas desde Honduras a EE. UU.
El tercer delito es conspiración para el uso o la portación de armas de fuego como ametralladoras o dispositivos destructivos, siempre en apoyo de la conspiración para enviar narcóticos hacia Estados Unidos.
De la cima al abismo
Después de dejar la presidencia de Honduras, Juan Orlando Hernández tuvo un descenso estrepitoso que le llevó de la cumbre del poder y de controlar prácticamente todos los órganos de Estado en Honduras a aparecer encadenado de pies y manos, dispuesto a enfrentar la justicia en Estados Unidos.
El primer paso en la debacle de Hernández llegó el pasado 7 de febrero, solo 11 días después que dejara el poder, cuando Estados Unidos lo incluyó en su lista de actores corruptos y antidemocráticos de la región, conocida como Lista Engel.
En su momento, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó que el exmandatario hondureño fue designado en este listado desde el 1 de julio de 2021, cuando salió el grupo original de sancionados, pero no fue oficializado sino hasta que dejó la presidencia hondureña.
“De acuerdo a reportes periodísticos múltiples y creíbles, Juan Orlando Hernández se ha involucrado en corrupción significativa al cometer o facilitar actos de corrupción y narcotráfico”, afirmó Blinken.
Una semana después, la cancillería hondureña notificó a la Corte Suprema de Justicia de ese país el pedido formal de extradición que hizo Estados Unidos por Juan Orlando Hernández. Un día después fue detenido.
Y un mes después, quien se jactaba de tener controlado al narcotráfico deberá preparar sus maletas para enfrentar la justicia estadounidense por estos mismos delitos que decía combatir y por los que en algún momento Estados Unidos lo llegó a considerar su amigo.