Tras gobernar Honduras con puño de hierro por ocho años, cuatro de los cuales lo hizo tras un rompimiento constitucional que avaló su reelección, Juan Orlando Hernández está bajo custodia policial y aguardando un proceso de extradición a Estados Unidos, que lo requiere por su presunta participación en una trama de narcotráfico.
Para el abogado hondureño y defensor de derechos humanos Carlo Jiménez, esto es “agridulce”.
Por un lado, reconoce la alegría de haber presenciado “la imagen del dictador reducido y encadenado”, lo cual admite “nos hace sentir como que sea alcanzado un pedacito de justicia que hemos venido clamando por 12 años”.
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Por otro lado, sin embargo, expresa vergüenza por tener todavía un aparato de justicia, una Fiscalía y una Corte Suprema de Justicia “que fueron incapaces de perseguir y sancionar a estos actores corruptos y que más bien han sido parte de esta corrupción. Ellos también tienen deudas pendientes con el pueblo hondureño”.
Esperanza
Ante el escenario de que el expresidente Hernández no sea extraditado y que la justicia hondureña no responda, Carlo Jiménez reconoce que esta es una posibilidad, en vista de las grandes limitaciones que el sistema de justicia hondureño sufre.
Esto incluye a un juez ejecutor de este caso que es miembro del Partido Nacional, mismo del expresidente Hernández, y que a juicio de Jiménez “ha demostrado su capacidad de dictar resoluciones contrarias a la ley”.
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Sin embargo, considera que la presión nacional e internacional sobre este caso es muy fuerte. “Estoy convencido de que eventualmente ordenará la extradición. Puede retrasar el proceso, pero creo que se verá avasallado por esta imperiosa exigencia del pueblo y de la comunidad internacional”, afirma el jurista y defensor de derechos humanos.
Un golpe contundente
La caída de Juan Orlando Hernández bien podría ser un golpe fuerte a una estructura que ha capturado el Estado hondureño o simplemente la caída de una de sus partes, significativa pero no indispensable para el funcionamiento de un gran engranaje criminal.
Para el abogado consultado por El Diario de Hoy, ambos escenarios son posibles.
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Si bien considera que la estructura “es mucho más grande que Juan Orlando” y que buscará recomponerse, destaca que “han perdido a su hombre fuerte” y adelanta que, seguramente, “este tipo va a ‘cantar’ y tirar de cabeza a un montón de gente”.
“Esto es solo la antesala de un gran desfile de funcionarios y políticos corruptos que van a ser solicitados en extradición por Estados Unidos”, reitera Carlo Jiménez, quien vuelve a reconocer que “la alegría va a estar completa cuando ya Juan Orlando esté en Estados Unidos enfrentando un proceso penal”.