El ejército israelí ordenó la evacuación inmediata de más de un millón de habitantes del norte de la Franja de Gaza al sur, en medio de su intenso bombardeo en represalia por los ataques de Hamás, mientras la ONU urgió anular la medida y advirtió que tendría consecuencias "devastadoras".
En un comunicado, el ejército de Israel llamó a "la evacuación de todos los civiles de la Ciudad de Gaza de sus casas hacia el sur por su propia seguridad y protección, y moverse al área al sur de (la quebrada) Wadi Gaza".
Desde el inicio de las hostilidades, el 7 de octubre por un sangriento ataque del movimiento islamista palestino Hamás, alrededor de 1.200 personas han muerto en Israel, en su mayoría civiles.
En la Franja de Gaza, los masivos bombardeos israelíes, lanzados como respuesta, han dejado 1.417 muertos, incluidos numerosos civiles, según las autoridades locales.
La ONU, informada momentos antes de la orden israelí de "reubicación" de 1,1 millón de habitantes del norte de Gaza hacia el sur en 24 horas, urgió anular inmediatamente esa medida tras advertir que es "imposible" su ejecución.
"Consecuencias devastadoras"
"Hoy (12 de octubre) justo antes de la medianoche hora local", los responsables de la ONU en Gaza "fueron informados por sus oficiales de enlace del ejército israelí que la totalidad de la población al norte de Wadi Gaza debía ser reubicada en el sur en 24 horas", indicó Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU.
"Las Naciones Unidas piden con firmeza que, de confirmarse, se anule cualquier orden de este tipo, evitando lo que podría transformar lo que ya es una tragedia en una situación calamitosa", agregó.
"La ONU considera imposible que este movimiento tenga lugar sin consecuencias humanitarias devastadoras", señaló el portavoz.
Horas antes, el primer ministro israelí, Benjamin Betanyahu, prometió destruir a Hamás, tras conversar en Tel Aviv con el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken.
"Así como el EI (Estado Islámico) fue aplastado, Hamás será aplastado", afirmó Netanyahu, una declaración que pareció anticipar una ofensiva terrestre en Gaza contra Hamás.
Por su parte, Blinken ratificó el jueves su apoyo a Israel aunque llamó a considerar las "aspiraciones legítimas" de los palestinos y "las necesidades humanitarias" en Gaza.
"Puede que ustedes sean lo bastante fuertes para defenderse" por sí mismos, "pero mientras Estados Unidos exista (...), siempre estaremos a su lado", afirmó Blinken tras reunirse en Tel Aviv con Netanyahu.
Más de 423.000 desplazados en Gaza
Esos bombardeos, y la perspectiva de un ataque terrestre, generan preocupación por las consecuencias humanitarias y por los riesgos de una extensión del conflicto.
La agencia humanitaria de la ONU, OCHA, reveló el viernes que 423.378 personas se han visto obligadas a dejar sus casas en la Franja de Gaza por el intenso bombardeo israelí.
Blinken mencionó las "posibilidades" de abrir pasos seguros para los civiles "que deseen abandonar la zona o buscar refugio".
"Cualquiera que desee la paz y la justicia debe condenar el reino del terror de Hamás", aseguró Blinken.
Pero "sabemos que Hamás no representa al pueblo palestino ni a sus legítimas aspiraciones de vivir en igualdad de condiciones de seguridad, libertad, oportunidades de justicia y dignidad", insistió.
Según los balances de ambos bandos, la guerra se ha cobrado la vida de más de 1.400 palestinos en Gaza y de más de 1.200 personas en suelo israelí.
El ejército afirmó, además, haber hallado unos 1.500 cadáveres de combatientes de Hamás que se habían infiltrado en el país.