México continúa sumando víctimas tras el arrasador paso del huracán Otis por Acapulco, al sur del país, donde al menos 39 personas han muerto y una decena se encuentra desaparecida.
El jueves, un día después de que el meteoro categoría 5, la máxima de la escala Saffir Simpson, tocara tierra en el Pacífico mexicano, el gobierno dio un primer balance de 27 muertos.
"Lamentablemente la fiscalía estatal da un total de víctimas de 39 fallecidos" y hay reportes de diez personas desaparecidas, precisó en un video en las redes sociales Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad.
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Detalló que 19 de las víctimas son hombres y diez mujeres y que, según las primeras indagatorias, habrían fallecido ahogadas en la zona.
Otis tomó por sorpresa al Pacífico mexicano pues, desafiando todos los pronósticos y récords meteorológicos, en unas seis horas pasó de tormenta tropical a un huracán 5 con vientos sostenidos de 270km/h.
Con un limitado margen de tiempo para lanzar una alerta y se tomaran previsiones, como proteger viviendas, comercios y hoteles y adquirir alimentos y agua.
Pescadores comentaron además a la AFP que algunos seguían en el mar pues suelen salir por la tarde y regresar al anochecer. Las autoridades mexicanas seguían además este sábado el desarrollo de un nuevo meteoro en las costas del estado de Chiapas (sur) y Centroamérica.
Argumentando que estas condiciones atmosféricas son propicias para "el desarrollo de una depresión tropical" para inicios de la próxima semana, detalló de su lado un reporte del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
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Refuerzan seguridad
Rodríguez habló vía telefónica durante un mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador para informar sobre los daños y las tareas de rescate en el puerto, que quedó seriamente dañado sumiendo en la desesperación a sus cerca de 780,000 habitantes.
"Debemos reiniciar lo más pronto posible la reconstrucción de Acapulco", dijo el mandatario sobre esta ciudad que vive esencialmente de turismo.
Más de 17,000 militares y guardias nacionales han sido desplegados en la zona para resguardar la ciudad, presa de saqueos y robos, y ordenar a entrega de ayuda a los damnificados.
Uniformados han montado puntos de control en las carreteras para revisar los vehículos que van cargados de distintos productos, permitiendo que lleven sólo alimentos y productos de primera necesidad.
Fueron decomisados en esos controles bebidas alcohólicas, electrodomésticos y hasta juguetes sustraídos de tiendas en medio de caóticas escenas.
Según el gobierno mexicano se han entregado 1,170 canastas de ayuda y este sábado se pretendía distribuir otras 10.000 en los sectores más empobrecidos de esta urbe portuaria. La ayuda ha empezado a fluir por el aeropuerto local, a donde el viernes arribaron veinte vuelos para trasladar ayuda y personal médico y desalojar a turistas y algunos pobladores.