Una de las preguntas que ha tenido más resonancia tras la muerte de la reina Isabel el pasado jueves a los 96 años en Balmoral, después de 70 años de reinado, es cómo iba a repartirse su herencia. Tomando en cuenta que Isabel no solo fue una de las monarcas más longevas sino que también cuenta con uno de los mayores patrimonios compuesto por joyas, propiedades, obras de arte, inversiones, bienes inmuebles e incluso 32,000 cisnes, delfines y ballenas.
Algunos expertos calculan que la colección de joyas es la más cara y extensa del mundo, resguardando unas 300 piezas, entre ellas 98 broches, 46 collares, 34 pares de pendientes, 15 anillos, 14 relojes y cinco colgantes.
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De acuerdo con una reciente publicación de la revista Forbes, dichos activos estarían valorados en $495 millones de euros, aunque la cifra es estimada, debido a que la reina nunca habló públicamente sobre sus finanzas.
La duda ha surgido en muchos para saber cómo se distribuirá la herencia, tomando en cuenta que gran parte de las propiedades pertenecen a la Royal Firm, un imperio que en total asciende a $27,750 millones de euros y al que miembros de la familia real británica como el rey Jorge VI se refirió como “el negocio familiar”.
Tomando en cuenta que la reina recibía ingresos a través de un fondo que los contribuyentes pagan anualmente a la familia real británica. Aunque los gastos oficiales como seguridad, personal y otros se cubren de este aporte la reina no solo tenía un pago anual.
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La familia recibe grandes ganancias por inversiones en eventos televisados y el turismo. Con un legado de casi 700 años la corona ha acumulado hectáreas de tierras, nueve castillos y diversas propiedades inmobiliarias, que se han mantenido en fideicomiso desde el siglo XIV.
Pero todos estos bienes no pasarán de forma automática a manos del rey Carlos, se tiene conocimiento que él solo recibirá los bienes personales que Isabel le había designado entre ellos los 32,000 cisnes y un número indeterminado de ballenas, delfines y esturiones, que viven en libertad en las aguas del Reino Unido y son parte de la corona británica.
