A una semana de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 19 de noviembre, el actual ministro de Economía, Sergio Massa, y su rival, el neoliberal Javier Milei, eligieron un choque frontal con ataques personales.
"Los argentinos tienen que elegir quién tiene la templanza, el equilibrio mental y el contacto con la realidad como para poder llevar adelante a Argentina", lanzó el peronista Massa, que intentó mostrarse como alguien centrado en contraposición con el histrionismo de Milei.
El economista caracterizó a su vez a Massa como integrante de la "casta corrupta y chorra (ladrona)" y recordó que "su signo político lleva 16 años en el poder".
La casta "se compone de políticos ladrones. Los tenés todos con vos, son los kirchneristas. Otro componente son los empresarios prebendarios, la gran mayoría son amigos tuyos o tenés negocios con ellos", le espetó Milei.
Aunque está al frente de una Economía con una inflación anualizada de 140% y 40% de pobreza, Massa buscó presentarse como un protagonista del cambio y garantía de estabilidad.
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"Quiero ser presidente sabiendo que algunos me votarán sin estar convencidos, como vehículo para no elegir un camino que es de violencia y daño", sostuvo, tratando de convencer a indecisos y los seguidores del Juntos por el Cambio, la alianza de centro-derecha que quedó tercera en el balotaje.
En la primera vuelta del 22 de octubre, Massa quedó primero con casi 37% de los votos y Milei segundo con 30%. La tercera candidata, Patricia Bullrich, que obtuvo 24%, pidió a sus seguidores apoyar al libertario en el balotaje.
Por su parte, Milei calificó la elección como un dilema entre inflación o estabilidad, decadencia o crecimiento económico, populismo o república, y llamó a "votar sin miedo porque el miedo paraliza, y si te paralizás beneficiás al statu quo que nos empobrece".
La experiencia política de Massa le permitió controlar la escena del debate, mientras que Milei intentaba moderar su imagen de violenta ruptura, cristalizada en el uso de una motosierra en la campaña, aunque ratificó este domingo que eliminaría el Banco Central y dolarizaría la economía si resulta electo.
“Massa logró establecer el tono y la lógica del intercambio, forzando a Milei a responder acerca de sus propuestas, como su idea de limitar las relaciones con ciertas naciones”, apunta el corresponsal de RFI en Buenos Aires, Natalio Cosoy.
“Milei no supo esquivar la ofensiva de Massa, se dedicó a responder, perdió mucho tiempo que no pudo usar para presentar sus ideas o atacar a su rival”, subraya Cosoy.
Queda por ver si este duro intercambio influye en inclinar definitivamente este domingo la balanza para alguno de los contendientes. El ganador asumirá la presidencia el 10 de diciembre.