Tras 14 días de gestión para la repatriación del cuerpo sin vida de José Pedro Rivera se llevaron a cabo los actos fúnebres en el municipio de Nueva Trinidad, Chalatenango. Foto EDH/ Jessica Orellana
Para los habitantes del municipio, lo ocurrido es causa de indignación, puesto que José Pedro Rivera tenía tan solo 26 años de edad. Foto EDH/ Jessica Orellana 
Para Maria, madre del fallecido, estos días han sido un calvario, pues nunca imaginó que el regreso de su hijo sería de esta forma Foto EDH/ Jessica Orellana
La madre del joven comentó reconocer a su hijo por los zapatos que ella le había comprado para el viaje. Foto EDH/ Jessica Orellana
María recuerda que antes de que Pedro emprendiera su viaje con rumbo hacia Estados Unidos, ella y demás familiares intentaron detenerlo, pero los intentos fueron en vano, ya que el joven había tomado su decisión con determinación Foto EDH/ Jessica Orellana
Yo lloraba junto a él cuando tomó la decisión ya estaba tomada por parte de él", recuerda la desconsolada madre. Foto EDH/ Jessica Orellana 
Entre lágrimas Maria recuerda cómo Pedro se comunicaba frecuentemente con ella durante su travesía como migrante indocumentado Foto EDH/ Jessica Orellana 
Llegado el viernes 24 de marzo, la comunicación no fue la acostumbrada, y Pedro le informó a su familia que había sido retenido por autoridades migratorias mexicanas. Foto EDH/ Jessica Orellana
Dos días después, una noticia desalentadora llegó a oídos de la familia Garcia, y es que se supo que en uno de los centros de retención migratoria de México, ocurrió un incendio en donde un grupo de migrantes de diferentes nacionalidades perdieron la vida, entre los cuales se encontraba Pedro. Foto EDH/ Jessica Orellana
Con gran dolor, Maria recuerda cómo vio el cuerpo de su hijo y expresa con un nudo en la garganta: “me costó aceptar que era él, aunque tuviera el cuerpo enfrente”. Foto EDH/ Jessica Orellana
La madre de Pedro relata que desde que supieron la noticia albergaba la esperanza de que todo fuera una equivocación “Cuando me enseñaron la cara fue lo duro porque ahí puede corroborar totalmente que era mi hijo”. Foto EDH/ Jessica Orellana
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