Los relatos de la Biblia siempre han sido de gran enigma para la ciencia. Tantos milagros y parábolas inauditas ponen a reflexionar a todos aquellos hombres apegados a la investigación. Y fue así como los científicos ingleses Colin J. Humphreys y W. G. Waddington se embarcaron en un estudio para conocer exactamente cuándo sucedió la crucifixión de Jesús.
Sus planteamientos y resultados fueron publicados en la prestigiosa revista Nature, donde indicaron que se basaron en hechos astronómicos y en la descripción de Poncio Pilatos para dar con esta data importante para la historia de la comunidad cristiana.
“El sol se oscureció, salieron estrellas en el cielo, y por todas partes la gente encendió lámparas. Por la noche, la Luna era de un rojo sangre”, relató Pilato en sus escritos, y a partir de ellos estos investigadores comenzaron a desarrollar sus hipótesis.
Podría interesarte: Arqueólogo británico aseguró haber encontrado la casa de infancia de Jesucristo tras 14 años de investigaciones
De acuerdo con el escudriñamiento de los rituales cristianos, los investigadores de la Universidad de Oxford partieron de la premisa de que Jesús murió “un día antes de que diera comienzo la fiesta anual de la Pascua”, según indicó el portal Quo.es. La última cena es clave en esta pesquisa, pues esta era una celebración de la Pascua judía que se celebraba durante ocho días, siempre con la Luna llena de primavera, antes de que llegue el equinoccio.
Cotejando estos datos y el relato de Pilatos, Humphreys y Waddington dedujeron que ese día hubo un eclipse parcial de luna. El color rojizo de la Luna se debió a que se encontraba bastante baja y por las nubes de polvo que ocasionó una tormenta de arena, registrada en los relatos históricos. De esta manera, ambos científicos buscaron y estimaron “mediante complejos cálculos astronómicos, las fechas de todas las lunas llenas y nuevas de los meses pascuales” que pudieron darse entre los años 26 y 36.
El resultado de estos cálculos revelaron que ese fenómeno sucedió el día 3 de abril del año 33, a las 18:20 horas (6:20 p.m.). La revista científica Quo.es explicó que en ese momento, sobre el horizonte de Jerusalén, se asomó “la parte oscura y rojiza de la Luna”.