Leonardo DiCaprio vuelve a demostrar su altruismo con una millonaria donación a Ucrania. Claro, no ha sido el famoso actor quien ha anunciado con bombo y platillo su solidaridad, más bien el roativo Polish News reveló la información.
Pero no solo la generosidad como filosofía de vida ha sido la razón de este significativo desembolso de parte del actor de “Inception”, también hay una razón especial detrás de ello: su abuela (Helena Indenbirken) es ucraniana y se mudó a Alemania en 1917; y su madre, Irmelin Indenbirken, nació en un refugio antibombas durante la Segunda Guerra Mundial. Razones suficientes para entender lo difícil de un conflicto.
De esta manera, DiCaprio decidió contribuir a un capital que será destinado a satisfacer las necesidades de ayuda humanitaria entre la población ucraniana y para apoyar a los combatientes. Así lo reveló e Fondo Internacional de Visegrado, que promueve el desarrollo de Europa del Este, datos que retomó el rotativo antes mencionado y que ahora se conoce en varios tabloides.
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La estrella de Hollywood no se ha pronunciado sobre esta guerra y mucho menos sobre su aporte económico desinteresado de $10,000,000 y sobre esta crisis. La última publicación del actor en Instagram, su red social más activa, fue el pasado 16 de febrero, y en esta compartía contenido sobre el medioambiente, una de las causas que más ha apoyado en su etapa como filántropo.
A él, ya se han sumado otras celebridades para apoyar a la población ucraniana, sobre todo aquellas nacidas en Ucrania, como Mila Kunis. La actriz y su esposo Ashton Kutcher crearon una iniciativa en GoFound.Me para recaudar $30,000,000 en apoyo al país natal de la protagonista de “Amigos con beneficios”. Ellos ya han donado tres millones y han colectado $15,000,000.
Y la ucranian Milla Jovovich, conocida por su papel en la cinta “Resident Evil”, declaró en su Instagram: “Estoy desconsolada y aturdida tratando de procesar los acontecimientos de esta semana en mi lugar de nacimiento, Ucrania. Mi país y mi gente han sido bombardeados. Amigos y familiares escondidos. Mi sangre y mis raíces provienen tanto de Rusia como de Ucrania. Me parto en dos al ver el horror que se está produciendo, la destrucción del país, el desplazamiento de las familias, toda su vida en fragmentos carbonizados a su alrededor. Recuerdo la guerra en la patria de mi padre, la antigua Yugoslavia, y las historias que mi familia cuenta sobre el trauma y el terror que vivieron. La guerra. Siempre la guerra. Líderes que no pueden traer la paz. La interminable fuerza del imperialismo. Y siempre, el pueblo paga con sangre y lágrimas”.