El comediante Roberto Gómez Bolaños, conocido como “Chespirito”, y el reconocido elenco de la vecindad de “El Chavo del 8”, siempre tendrán un lugar especial en el corazón de muchos salvadoreños; pues la serie producida en México ha sido durante décadas el icónico del entretenimiento familiar, en la mayoría de hogares del país.
-¡Es que no me tienen paciencia!-, es una de las frases más conocidas del recordado actor. El 1 de diciembre de 1975, cerca de 10 mil salvadoreños tuvieron la oportunidad escucharla por primera vez en vivo, cuando él llegó a El Salvador junto a su elenco de actores: Florinda Meza (Doña Florinda), Rubén Aguirre (Profesor Jirafales), Édgar Vivar (Señor Barriga y Ñoño), María Antonieta de las Nieves (Chilindrina), Horacio Gómez Bolaños (Godinez) y Angelines Fernández (Bruja del 71).
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“Graciosamente astuto y en vuelo fríamente calculado llega en persona Chespirito y su formidable elenco. ¡Un cargamento de carcajadas! ¡Un alegre espectáculo para toda la familia!”, se leía en los anuncios de El Diario de Hoy (EDH), días antes de esta visita, en la que los esperados actores mostraron parlamentos del programa e hicieron sus bromas, principalmente para los niños.
De acuerdo con archivos de EDH, los habitantes de la vecindad aterrizaron en el Aeropuerto Internacional de Ilopango, el cual lucía abarrotado de fanáticos a la espera de los personajes, que en la década de los 70 se convirtieron en los grandes favoritos de Latinoamérica.
“Ellos aparecieron por las escaleras de descenso del avión y sus rostros estaban llenos de sorpresa y desconcierto por la cantidad de gente que los apoyaba. Con dificultad, se abrieron paso entre la gente”, detallan los añejados periódicos de la época.
Tras ese afectuoso recibimiento, “Chespirito” y sus colegas deleitaron a los salvadoreños con su show, en dos únicas presentaciones, una a las 5:00 de la tarde y otra a las 8:00 de la noche, en El Poliedro (camino a Santa Ana).
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Los boletos fueron distribuidos por el desaparecido almacén Kismet y rondaban entre los 4.00 y 12.00 colones. Además, los primeros 600 niños que llegaron recibieron de regalo de Navidad unas exclusivas antenitas de “El Chapulín Colorado”.
Un año después, gracias a la exitosa presentación de 1975, “Chespirito” y su elenco volvieron por segunda vez al país. Fue el 3 de diciembre de 1976, cuando miles de salvadoreños se dieron cita en el Gimnasio Nacional, a las 6:30 de la tarde, para disfrutar de nuevo el show. “Había más de 25 mil personas. Fue un lleno total”, destaca la cobertura del evento.
Para entonces, “Chespirito” tenía un disco y cantó uno de sus temas. A la vez, manifestó el gran aprecio que le tenía a El Salvador. “Le guardo un gran cariño a esta tierra”, titulaba la nota del día siguiente.
Estas fueron las dos únicas ocasiones en las que el elenco compleo vino al país. Luego vinieron algunos de los actores por separado.
Por su parte, Gómez Bolaños volvió en mayo de 2005. En esa ocasión Florinda Meza, su esposa, lo acompañaba. Sin embargo, no vino a interpretar ninguno de sus grandes personajes. El comediante vino a presentar su libro “Y también poemas”. Mostrando una faceta muy distinta, realizó la presentación de su libro en el Auditorio del Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán (MUNA) y luego dio lugar a un conversatorio en el centro comercial Multiplaza. Los saludos, los autógrafos y las fotografías no faltaron.
Cuatro meses después, en Septiembre del mismo año, “Chespirito” regresó a El Salvador para presentar su libro “Diario del Chavo del Ocho” en la IX Feria Internacional del Libro en Centroamérica (FILCEN).
Además de la presentación del libro, Gómez Bolaños recibió de la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer (USAM) el título de doctor honoris causa en Filosofía de la Vida, el máximo reconocimiento que entrega esa casa de estudios.
El actor falleció el 28 de noviembre de 2014, a los 85 años, debido a complicaciones respiratorias. Tras conocerse la noticia, las redes sociales se inundaron de mensajes de despedida para “El Chavito” y las portadas de los periódicos a escala mundial fueron dedicadas a él.
