“En aquel momento no sabía qué quería hacer con mi vida. Cuando me gradué del colegio sabía que no quería estudiar medicina o ser dentista, pero no tenía claridad de qué quería estudiar”, reveló Carlos Jovel, CEO de Luuk, una compañía salvadoreña que nació a raíz de la necesidad de tener una solución efectiva para compras en línea.
Carlos es exalumno ESEN y ahora cuenta en retrospectiva un poco sobre su vida académica y como esta le ayudó a entrar al mercado laboral latinoamericano, escenario que le permitió liderar equipos de trabajo integrado por grandes profesionales al igual que él.
“Mi situación personal no era muy clara en términos de poder financiar mis estudios”, afirmó Carlos. “De pronto apareció la ESEN ofreciendo dos cosas: excelencia académica y oportunidades para todos. Me llamó mucho la atención este postulado y asistí a una charla informativa, así fue mi aproximación a esta
mística de formación académica que ofrece la ESEN”, asegura.
Al hablar sobre qué fue para él lo más atractivo de la oferta académica de la ESEN esto fue lo que nos reveló: “En ese momento quedé cautivado, por lo que ahora entiendo es la ‘opcionalidad’. La posibilidad de estudiar algo sin saber qué quería hacer en la vida pero me iba a dar la oportunidad de elegir más adelante y diferir esas decisiones y salir bien preparado”.
“Las lecciones de vida llegan años más tarde de tu paso por la universidad”, asegura el emprendedor tecnológico. “Pero una de las lecciones que aprendí en la ESEN es la importancia de construcción de redes interpersonales. La realidad adulta es muy difícil, muy sola. Pero se vuelve infinitamente mejor acompañada de redes fuertes, algo que con el tiempo aprendí y que pudimos construir junto a migeneración ESEN. Si yo pondero hacia atrás, esas redes me ayudaron en mi ambición profesional y me permitieron darle vida a mis proyectos e ideas, dentro de mi país”, agregó al respecto.
“CÓMO LLEGÓ A SER EMPRENDEDOR"
“Llegué a mis emprendimientos en un proceso iterativo. Luego de mi graduación terminé trabajando en una gran compañía salvadoreña como lo fue la aerolínea TACA. Esto me abrió otra visión que está en sintonía con la misión ESEN de ser excelentes líderes. En este punto de mi vida regreso a la vida académica con una beca en la universidad de Georgetown y al terminar esta beca validé una vez más lo bien preparado que salí de la ESEN.
Yo no desentonaba al lado de grandes profesionales graduados de otras prestigiosas universidades del continente”, afirma Carlos.
“Aquí es donde se despierta en mí el interés por construir y por el emprendimiento. Nuevamente me voy con una beca a la universidad de Stanford, donde tomé un máster en ciencias con enfoque en tecnología e información y aquí es cuando nace en mí esta vocación por construir sempresas de tecnología inspiradas por todo el ambiente de innovación en Silicon Valley, y siento ese llamado por volver a El Salvador”, puntualiza.
“Luego de 11 años viviendo en Estados Unidos y Chile, teniendo la oportunidad de liderar equipos grandes en toda América del Sur. En septiembre de 2019 decido mudarme con mi familia a El Salvador mientras yo decidía qué construir en Sillicon Valley. En ese momento cree un ‘startup’ de tecnología en el negocio de viajes llamado RedKnot, empresa que ahora ha tomado una pausa debido a la pandemia.”
Carlos asegura que al estar “varado” en El Salvador se dio cuenta de que la vida puede ser muchísimo mejor si los salvadoreños empezamos a construir, desarrollar y resolver problemas que en otras latitudes ya están resueltos. “Un problema fundamental que fue evidente durante los primeros meses de la pandemia fue el e-commerce, algo que ya existía pero que con la pandemia ha sido más necesario que nunca”, expresó Carlos.
“Junto a un grupo de socios salvadoreños iniciamos la construcción de una nueva empresa enfocada en ese rubro y en el camino de construir desde cero me pareció importante devolver un poco de lo que la ESEN me dio, lo que me permitió impartir clases en mi alma mater”, agregó.
SOBRE SU FORMACIÓN EN LA ESEN
“Personalmente creo que la excelencia es una decisión, es un hábito, es un estado mental. Es algo que en cada instante uno construye y decide”, expresa muy convencido Carlos. “Eso lo aprendí en la ESEN al ver como mis compañeros eran extraordinariamente más talentosos que yo. La tenían, en algunos casos, más difícil que yo y empujaban la frontera de buscar la excelencia y el conocimiento bastante más que yo”, revela.
Carlos confiesa que llegó sin esta mentalidad a la escuela superior. “Por un lado es algo que la escuela te transmite y por otro lado el ecosistema ESEN te obliga a ser excelente. El que no trabajaba duro, el que no aspiraba a lo mejor se quedaba muy atrás, se sentía muy incómodo. Por otro lado era evidente el rendimiento de aquellos que le metían horas, cariño, el cuidado por el trabajo bien hecho, el amor por los detalles, el saber por el saber, las cosas cambiaban y se tenían resultados superiores. Eso para mí fue determinante de mis años en la ESEN. Ha sido gratificante ver la dedicación del cuerpo académico, la excelencia que inculcan y ver cómo los estudiantes trabajaban muy duro para aspirar y lograr esa excelencia”, puntualiza.