El técnico Roberto Gamarra asegura que dejó este lunes la dirección técnica de Luis Ángel Firpo “porque no veía con buenos ojos el futuro de aquí en adelante”, aunque afirma que se va con algunas satisfacciones como el haber ayudado a mejorar el presente del nivel en Liga Mayor.
El argentino puso este lunes su renuncia "irrevocable", según confirmó el equipo en sus medios oficiales, luego de una derrota 1-0 ante 11 Deportivo y una racha de seis jornadas sin ganar. El míster señaló nuevamente a factores estructurales del fútbol salvadoreño, entre ellos, la idiosincrasia del jugador local.
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¿Cómo explica su salida de Firpo?
Estoy apenado por la situación del equipo y con mucha tristeza porque yo veía que íbamos a pelear por la clasificación, como en los anteriores tres torneos. Pero el hombre propone y Dios dispone y esto comenzó mal desde que no tuvimos a toda la gente, unos por covid, otros lesionados dos con la Selección. Con Marte (fecha 2) jugamos con dos centrales que no son titulares y no llegaban los documentos de los extranjeros.
Y hasta ahora ocurrió algo inusual, pues en los torneos anteriores salimos de momentos irregulares, pero ahora llevábamos seis juegos sin ganar. Entonces, perdimos consistencia, perdimos autoestima, que es importante para la confianza del jugador, y fuimos a Ahuachapán y en una jugada aislada el rival la mete en nuestro arco. Decidí dar un paso al costado porque no veía con buenos ojos el futuro de aquí en adelante.
¿Esa descompensación táctica fue lo que más influyó en esta mala racha?
Todo eso es un porcentaje, pero sorteando los problemas y venciendo las dificultades se sale con éxito de la crisis, y ahí está la virtud de un buen equipo. Pero ahí hay que ser medianamente capaz e inteligente, y el problema con el que chocamos aquí es que el jugador no es apasionado por su profesión. Están disfrazados solamente de jugadores y la vida solamente es joda, durante la semana, incluso en grandes lapsos del entrenamiento...
Aquí, como que fueran niños, hay que estar permanentemente diciéndoles cosas que ellos ya tienen que manejar porque son jugadores de 28, 30, 32 años. Pero aquí no existe, porque no hay formativas; si no, él jugador llega a la Mayor y ya sabe lo que tiene que hacer.
Siguiendo esa línea, ¿los extranjeros que llegaron al equipo rindieron como usted esperaba?
Hay que decir que, de momento, no están dando la talla. El torneo pasado teníamos a Wesley (Da Silva), goleador, laborioso y recuperaba más balones que los volantes. No tuvimos la suerte de retenerlo y de momento (Henry) Castillo no llena esa expectativa. También está Jomal (Williams) que fue el goleador del equipo y ahora no puede concretar uno. En todos los juegos siempre teníamos goles a favor, el torneo pasado marcamos 38 y hoy hay momentos en los que no estamos marcando, como en Ahuachapán.
Cuando es así, el equipo tiene un problema y es el jugador el que no rinde, porque le falta ser más apasionado. Le gusta cobrar, pero quieren solamente cuando pierden. A veces aparecen enojados porque no les pagan a tiempo... Fracasan constantemente y el proyecto lo tiran por la borda y después quieren cobrar. Eso no es justo. Por eso decidí dar un paso al costado, porque yo prefiero no robarle a la institución.
Por más de diez años, Ud. ha dirigido diferentes equipos del país, con distintos resultados. ¿Qué le mueve a seguirlo intentando en nuestro fútbol, en un entorno al que le cuesta adaptarse a su metodología?
Con esos intentos que Ud. dice yo fui campeón tres veces. Si eso me ha dado resultados, ¿por qué me voy a apartar de este camino? Si es el camino de la verdad, del trabajo y de la disciplina, de no reincidir en el fracaso. Igual, en Sudamérica tengo mis logros. Pasa que el fútbol es así y a veces se gana y a veces se pierde. No puedo estar en ganador permanentemente, y depende de muchos factores: Si están dadas las condiciones, si hay recursos económicos, si hay infraestructura, si hay jugadores serios y disciplinados... Ahí es terreno fértil para sembrar y después cosechar...
Yo hago mi trabajo y lo hago muy bien, y no porque yo diga sino porque lo ha dicho toda la gente que va a los entrenamientos a ver mi trabajo. Yo trabajo todo, lo táctico, a punto, y les doy un patrón y una filosofía de juego. Acá, el fútbol va a cambiar cuando internacionalmente FIFA haga responsables a los jugadores de los fracasos.
Siempre la agarran contra el que no juega, siempre con el entrenador. Acá se quejan los periodistas y la afición porque hay una rueda de caballitos donde rotan siempre los mismos entrenadores, pero por qué no dicen "otra vez el mismo jugador". A los entrenadores nos tratan como políticos corruptos, y pagamos siempre los platos rotos. Tienen que hacer pagar 50-50 jugadores y técnicos.
¿Cuál es la mayor satisfacción que le queda después de entrenar a Firpo los últimos 15 meses?
Hay que hacer un paneo de dónde estaba anteriormente Firpo, en el último lugar, y ahora con 35 puntos del torneo pasado, más los 6 del actual, estaríamos cerca de pelear para una Liga Concacaf, y también estamos lejos también de lo otro tan temido, que es el descenso. Logramos tres clasificaciones, hay una diferencia abismal con respecto a dónde estaba el equipo donde yo llegué...
Aquí cualquiera puede decir que es jugador de Primera, pero hay que verlo en la arena si marca diferencia. Cuando los fanáticos están bramando en la valla, hay que tener los testículos bien puestos para aguantar la presión. Por eso el jugador es desapasionado, porque en la semana viene solo para perder el tiempo y el de los demás, y el día a día es fundamental. Y después, mentalmente hay que ser fuerte, porque después lo físico, lo técnico y lo táctico no sirven para nada, porque la mente es muy débil, y los débiles de mente no pueden jugar al fútbol.