Tuvo fiesta el estadio Quiteño. En Santa Ana, festejaron ayer dar un pasito en las semifinales, al ganar el primer duelo a Águila (1-0), en el clásico 251. Un tanto con el que llegarán los tigrillos a la vuelta con cierta ventaja, pero en la que los emplumados no pretenderán fallar ante su gente.
Fue un partido con un lleno total. Y el ambiente propio no solo de un clásico, que no se había disputado en este torneo, sino también de un duelo de semifinales. Con esa fiesta, se entusiasmó el equipo tigrillo (4-4-2), que buscó el partido desde el arranque. Águila (4-4-2 y a ratos 4-3-3) esperaba, pero sin inquietarse, ordenado atrás.
El juego tenía ritmo, mucha dinámica. Los emplumados tenían algunas rotaciones, con Kevin Santamaría yendo del lateral al ataque, y con Tomás Granitto presionando en la media, subiendo y bajando. Pero no generaba de peligro.
Los tigrillos empujaban más y tenían la posesión de balón. Fueron más insistentes, llegaban al área, pero pesaba más el grito de su gente, a momentos anticipado con el olé, que lo que podían hacer en el último toque. No solo eso, respondía tranquilo el portero Benji Villalobos a todo lo que le llegaba.
Pasada la media hora, aún con un juego entretenido, el balón rondaba más la media. Mientras los santanecos se metían al área rival con Filigrana, los negronaranjas tenían un juego más fluido por la derecha, donde se movía Santos Ortiz.
Siguió así el juego, hasta el cierre de la primera mitad. Insistencia en salida, en las dos áreas, pero sin real peligro. Por los laterales, Águila trató de presionar; y por carril central y por izquierda, se asomaban los del cubil.
Precisamente, para buscar opciones de gol, en Águila se movieron las piezas en ofensiva con los ingresos de Dustin Corea y Jahir Barraza. Demostraron los emplumados que no querían irse en blanco, ni en desventaja de esta ida.
Y no hubo duda de que le dio crédito, ya que Águila se paró mejor al complemento. Tuvo más llegada al arco de Kevin Carabantes y jugó a la obligación de FAS al estar en casa, que de igual modo tuvo que realizar variantes en busca de quitar ese candado permitiendo las llegadas de Wilma Torres y Bryan Landaverde.
Pero sería la suerte de un penalti, a los 70', por una carga sobre Rudy Clavel, la que por fin decidió el juego. Un minuto después, llegó a cobrarlo Torres, quien demostró con calidad por qué llegó a ser el hombre que necesitaban los tigrillos, para poner el 1-0.
Se creció FAS. Se metió con otro perfil a la pelea por buscar el segundo, en el intento de dar el dea tranquilidad. No se rindió Águila, pero no tuvo su tarde para pescar el de la paridad. Ahora, buscará en su casa revertir la serie y buscar el pase a la final.