Don Hernán Carrasco es toda una institución en el fútbol salvadoreño, dudarlo es insultante. Un chileno de nacimiento quien encontró una tierra que también lo ama y le recuerda por su calidad de persona e ideas de fútbol.
En el "Día del Profesor" traigo a memoria la personalidad de don Hernán, siempre entusiasta, dueño y defensor de sus ideas.
Hablar de don Hernán Carrasco es hablar de uno de los abanderados de las divisiones menores de este país. El entrenador chileno tiene aquí su segunda patria, una que, opino, no le ha valorado aún como merece.
Él siempre abogó para que las Selecciones Nacionales y equipos profesionales tuvieran unas divisiones menores reconocidas, trabajadas, educadas y valoradas. Algo que hoy en día lamentablemente, es una de las grandes deudas de nuestro fútbol, aún.
Por si no se enteró don Hernán, todavía tenemos reservistas (ni hablar de los más chicos) quienes no reciben un trato profesional. Que son catalogados como jugadores de segunda mano, de emergencia, de relleno, de por si acaso... con dolor a eso agreguemos que en algún momento de la temporada deben defender los escudos de sus equipos como si fueran del plantel mayor...
Gracias a Dios por gente como don Hernán, quien no solo era partidario de innovar e implementar ordenadamente sus metodologías, sino también de formar en valores humanos a todo aquel alumno que pasara por sus instrucciones.
Un partidario de que todo futbolista debe ser un hombre integral, alguien quien aporte un valor a la sociedad fuera de la cancha, que fuese ejemplar. Pero eso más allá de parecer una frase de cajón, era premisa total en el trabajo para don Hernán.
Él hacía que lo dicho, se cumpliera, y luchaba con todas sus fuerzas por llevarlo a cabo. Enseñar a los futuros futbolistas a ser buenos y honrados ciudadanos. Eso no fue ni será jamás negociable para él.
Hoy en día don Hernán Carrasco juega ya los minutos agregados del partido de su vida, satisfecho y sin haber concedido jamás ni un palmo afuera de sus convicciones e ideales. De esos hombres que la palabra es oro y no cualquier cosa que se dice al azar o sin compromiso.
Créanme, hasta donde supe, él no está pidiendo el cambio, ni haciéndose el lesionado y menos cansado ¡nada de eso! la última vez que le vi encaraba la vida con una fortaleza, una entereza y una alegría que daba "sana envidia". Claro, él sigue sorteando a la pandemia con cuidado y sin absurdos miedos.
"Así como va don Hernán nos va a enterrar a todos", osó decir una vez alguien durante esas míticas reuniones donde convergen los seleccionados de las Copas del Mundo de 1970 y 1982, eso nos sacó una carcajada a todos. Nos partíamos como nunca de la risa y hasta don Hernán también, sin que el aire le faltara.
En medio de tanta leyenda futbolera presente aquella vez, don Hernán es el baluarte máximo; cada vez que lo abordaban lo hacían con un respeto tal, habían besos y abrazos que inundaban al otrora entrenador para saludarlo o despedirlo. Escucharlo impresionaba, una claridad y una lucidez... él es un fuera de serie, sintetizando.
La primera vez que tuve la dicha de hablar con don Hernán me dijo: "Oiga pero si usted le va al eterno rival, a la Universidad Católica. Ahhhhh, pero nadie como Colo-Colo, que le ha dado las mayores glorias del fútbol al pueblo chileno ¡cómo olvidar el mundial del 62! ¡fue lo máximo!". ¿Y quién podía rebatir semejante afirmación? ¡ni siquiera él!
Ubicándome desde Chile atravieso la Cordillera de Los Andes, llego hasta Avellaneda, y recuerdo también con gran aprecio al argentino Juan Quartarone; quien viniera a El Salvador primero como jugador y después como entrenador. Nunca tuve el privilegio de platicar con semejante mito, pero me tomo licencias para traer a cuenta algunas cosas.
Siendo campeón de Liga Mayor, en todas las entrevistas que vi de él tanto en la TV como escritas, siempre noté a un "Brujo" (como le decían algunos) muy sencillo, educado, sincero, amable y afectuoso.
Nunca olvidaré cuando Quartarone tuvo al ADET y casi lo saca campeón. El equipo venado feneció en una maratónica tanda de penales contra Firpo en el 2000. Al argentino no le tocó más que resignarse con templanza tras semejante varapalo.
O aquella tanda de penales entre Balboa y FAS para dirimir un título en 2004. El "Ciclón del Golfo" le perdonó varias veces la vida al tigre hasta que este dio su zarpazo final. El último gran acto en una instancia de ese nivel para "Juanito" Quartarone.
Si hay una palabra que puede definir a Quartarone es: caballero. Una categoría para expresarse, hacerse sentir, dialogar y hasta debatir, que muy pocos entrenadores de fútbol en este país han tenido. De lo mejor que pudo haber nutrido nuestro fútbol en toda su historia.
Hace unos años Quartarone resucitó a la vida eterna. Abandonó para siempre este valle de lágrimas para juntarse con el Creador, su corte, su familia y todos sus amigos. Otra leyenda que jamás tendrá el reconocimiento que merece en este país.
En el "Día del Profesor" aquí en El Salvador, envío un saludo fraterno para las familias de don Hernán Carrasco Vivanco y Juan Quartarone Carbone. Bendito Dios que pude verles, a cada quien en una faceta distinta, dando ejemplo para siempre de cómo deben ser y parecer un profesional con todas las letras. Gracias infinitas.