Ocho meses después de estar cerca de morir, tras sufrir un paro cardíaco en pleno partido de la Eurocopa, el centrocampista danés Christian Eriksen podría regresar a las canchas este fin de semana, después de que el técnico del Brentford le haya incluido en la lista de convocados para el choque contra el Newcastle del sábado.
Pese a que después de aquel incidente pocos apostaban que pudiera seguir con su carrera de futbolista, el talentoso volante de 30 años ha sido considerado apto para volver a competir pese a llevar un desfibrilador. La única duda ahora parece ser si saldrá en el once titular del Brentford o comenzará en el banquillo. Su entrenador Thomas Franck no resolvió la duda este viernes, pero sí dejó entrever que el danés dispondrá de minutos de juego en un partido clave para la lucha por la permanencia.
"Christian estará en el equipo y entrará al campo mañana (sábado)", declaró Franck a los periodistas. "Es un gran día para todos nosotros, pero especialmente para Christian y su familia", prosiguió. Eriksen, que fichó por el Brentford el último día del mercado de fichajes de enero, ya disputó unos minutos con su nuevo equipo en un partido amistoso el 14 de febrero, cuando cumplía 30 años.
Se da por hecho que los hinchas del Brentford le dispensarán un recibimiento triunfal y no sería extraño ver lágrimas en las tribunas, donde estará la familia Eriksen, muy diferentes a las imágenes de terror y angustia vividas el pasado 12 de junio en Copenhague, durante el choque Dinamarca-Finlandia.
Aquel día, cuando quedaban unos minutos para el descanso del partido, el capitán danés se desplomó en el suelo tras tocar una pelota y, ante la mirada atónita de los 32.000 espectadores presentes en el Parken, tuvo que ser reanimado en el césped antes de ser evacuado en ambulancia, unas escenas que emocionaron a todo el mundo.