"Decidimos defender nuestra soberanía y recuperar lo que por años nos quitaron…y aunque nos tomó dos siglos llegar hasta aquí, al fin vivimos en libertad y paz”… Presidente Bukele.
El Salvador “en el año cero”…
Cuando los sangrientos jemeres rojos fueron recibidos entre vítores de multitudes, tras tomar el poder en Camboya en 1975, declararon que con ellos se creaba el mundo e iniciaba el “año cero”. Ninguna de las esplendorosas realizaciones del pueblo camboyano, incluyendo las fulgurantes construcciones de Angkor, un patrimonio universal, contaban para esos enloquecidos destructores y asesinos… con ello iniciaba su marcha el país: los jemeres perpetraron uno de los genocidios más espantosos, una historia que se recoge en la obra “The Killing Fields”, los Campos de las Matanzas.
“Al fin vivimos en libertad y paz”, dice Bukele.
Pero la libertad y la paz por ahora es únicamente la suya, pues el resto de la población vive con las pocas libertades que le quedan en permanente temor, sin saber en qué momento eso puede terminarse si así lo dispone la dictadura.
¿Libertad y paz? Un régimen que captura al que lo critica y tiene presos a quienes no se les revisan sus casos y se encuentran hacinados, sin medicinas, en condiciones infrahumanas y expuestos a contagiarse de enfermedades o que las sucias barracas donde los han confinado cojan fuego, no puede presumir que “los salvadoreños somos finalmente libres y vivimos en paz…”.
Decir que la guerra y los acuerdos de paz fueron “una farsa” y ahora reconocer que vivimos en paz sólo expone una malévola intención de confundir y manipular a la gente. No sería extraño que diga después que laIndependencia “fue una farsa” y que ellos son los verdaderos próceres y constructores de la nación. No dudan en proclamar que todo lo que hacen “es histórico”, ciertamente porque la historia los juzgará.
Lo grande y hermoso del país estaba desde antes del “año cero”
Este país no se hizo solo, sino que es producto de nuestros Padres Fundadores de hace 201 años y del esfuerzo de millones de personas que con sacrificios, visión, responsabilidad han luchado contra muchos factores adversos, incluyendo ser una tierra sujeta a terremotos, inundaciones y toda suerte de calamidades. El Salvador tiene una de las mejores redes de carreteras y caminos de la región, ha sido innovador en muchos campos y competitivo en diversas áreas como fármacos exportando a mercados en el Caribe… hasta que se desencadenó la guerra de 12 años.
La lista sigue: las grandes represas, incluyendo Cerrón Grande y la 5 de Noviembre, los centros educativos que han sido abandonados por el régimen, las instalaciones portuarias de Acajutla, centros asistenciales de primera como el Hospital de Niños Benjamín Bloom, el ISSS hasta que fue saqueado por el régimen para montar un hospital “El Salvador” que ha tragado decenas de millones pero sigue siendo muy deficiente… Todo eso estaba antes del “año cero” de la dictadura, incluyendo desarrollos urbanísticos muy logrados, zonas comerciales y residenciales que no tienen nada que envidiar a lo que se da en el resto del Istmo…
El Salvador pudo superar, por sí solo, la gran crisis del 29, los efectos de la Segunda Guerra Mundial, el desastre generado en muchos campos por el plan de “Alianza para el Progreso” de Kennedy, la sangrienta guerra de los Ochenta, huracanes y terremotos, los desgobiernos de los últimos 15 años…
Siempre hay jóvenes que nunca pasaron de bachilleres, que se atribuyen grandezas resultado del esfuerzo de sus padres, de sus abuelos, del entorno donde crecieron.