Nuevamente se juega con el futuro de cientos de médicos, que, creyendo en la transparencia y en la capacidad intelectual del evaluado, más temprano que tarde se dan cuenta de que aparte de ser un mal sueño, a la vez es una burla hacia ellos.
Poco importa que vivamos en la era digital, que aparentemente todo debería ser ágil, expedito y, sobre todo, humano; sin embargo, tenemos a un país que hace a un lado el talento y le apuesta al favoritismo, a “los mismos de siempre”, a “los recomendados”.
No es el 100% siempre un buen porcentaje, no está en esta categoría, pero las dudas saltan y nadie las puede despejar. Es más, los organizadores se tiran el balazo en el zapato al repetir el examen al grupo C y el 27 de agosto al dar “send” al examen ya tienen el resultado.
Nada ha cambiado, no hay justificación que valga cuando se trata de jugar con las esperanzas de un joven médico que cree en sí mismo; en un santiamén los sueños se derrumban y por no decir una incapacidad épica donde los responsables.
No dan la cara; la medicina debe tener rostro humano y la transparencia el espíritu del procesos para escoger en esos médicos que se examinan a lo mejor de lo mejor sin dejar la menor duda; decir que el examen se desarrolló en una forma ágil, innovadora y ordenada es un descaro pues ¿es acaso ágil que mientras se realiza el examen el sistema de informática “se caiga”? Por supuesto que eso no es ágil, es incapacidad. ¿Qué es una forma innovadora?
No se realizó en una forma innovadora; al contrario, este año deja más dudas que respuestas si comparamos los resultados de ese examen; quienes son los responsables de realizar y preparar la prueba tuvieron el tiempo suficiente para realizar simulacros y detectar las fallas; sin embargo, en ese aparente desorden hay un fin ordenado donde el talento y la ardua preparación de un médico no son respetados, y esto es grave pues hablamos del futuro de una persona y de la medicina en El Salvador.
Muchísimos médicos que se examinaron vienen o son “hijos de la pandemia”, fueron tirados a la buena de Dios a atender pacientes en unidades de cuidados intensivos sin la preparación adecuada; se descuidó la parte académica y tristemente para optar a un cargo público como ser aspirantes a las residencias en las diferentes áreas de la medicina, deben cancelar un estipendio que es el sustento de una semana de alimentación en el área rural o la tercera parte del salario de una persona que gana el salario mínimo; pues resulta que el médico soñador, aparte de ser esquilmado se le engaña, se le miente, se le desprecia.
Quizá nada debería de extrañarnos pues vivimos en un país donde las prioridades están totalmente desordenadas, pues parece que es más importante montar unas ruedas en La Libertad que invertir en tantas escuelas que lucen no solo deterioradas sino casi abandonadas, señal inequívoca de que la educación no es prioritaria para las actuales autoridades; sin embargo, que médicos que se prepararon a conciencia, estudiantes brillantes queden fuera de la competencia por “esos pequeños errores” solo dice que el talento no importa.
Viene el amiguismo a reventar las esperanzas de un joven doctor que, tristemente, no realizará el sueño de su vida como es obtener su especialidad; pareciera que lo sucedido no es grave.
Juan Soler, artista argentino en decadencia radicado en México, fue más tendencia que el #ENAR2022.
Todo su castillo se le derrumba y debe, para desgracia de él y de su familia, conformarse en el mejor de los casos a buscar trabajos con salarios por los suelos y en el peor de los casos, trabajar en algo totalmente diferente a la medicina.
Realidad de realidades. Lamentablemente el médico que realizó tal prueba de conocimientos no tiene voz ni voto, no existe en nuestra sociedad, es un luchador solitario que debe quedarse callado, regresar a casa a encerrarse en su mundo.
No puedo decir que los que pasaron el examen la primera parte del proceso no lo merecen; ¡claro que sí!, pero ante tanta falla surgen las dudas, seamos expectantes de que ocurre en las siguientes fases pues esto aun no termina y por la tranquilidad de quienes estudiaron, se prepararon puedo decirles con 25 años de experiencia un examen jamás va definir lo que ustedes saben, lo que vivieron y se esforzaron.
¡Éxitos! No desfallezcan, no lo merecen ustedes, su familia, nuestro país y la población. ¡Que prevalezca su vocación y que nada los detenga!
Médico.