En 2021, el 40.9% de los hogares salvadoreños (789,168 de un total de 1,929,508) vivía en condición de hacinamiento, es decir, cuando en una casa hay 3 o más personas que comparten una habitación exclusiva para dormir.
En algunos hogares ni siquiera hay dormitorios exclusivos pues dado que la mayoría de los hogares en hacinamiento vive en pobreza extrema o relativa, sus viviendas son muy pequeñas, son piezas de mesón o viviendas improvisadas.
Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2021 de la Digestyc, de la cual se desprenden estos datos, de los 1.9 millones de hogares en total, el 49.6% vive con un solo dormitorio y otro 31.2% vive en casas con dos habitaciones para dormir.
Según las estadísticas, en 2021 se contabilizaron 28,761 hogares con un solo dormitorio en el que vivían hasta 6 personas.
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Esta condición de hacinamiento la sufren más los hogares del área rural (53.6%) que la urbana (33.1%).
Este 40.9% registrado en 2021 es más alto en comparación a 2020, cuando solo se reportó un 39.8% de hogares en esta condición.
En 2019, un año antes de la pandemia, el porcentaje de hogares en hacinamiento era del 40.5% del total.
La Digestyc señala en su análisis que “el hacinamiento es un indicador básico para evaluar la calidad de vida de los hogares pues cuando un hogar se encuentra en esta condición sus miembros presentan mayor riesgo de sufrir violencia doméstica, desintegración familiar, abusos, violencia sexual y bajo rendimiento escolar”, entre otros.
La mitad de los hogares tiene casa propia
La encuesta, además, detalla que en El Salvador solo la mitad de los hogares (50.8%) son dueños de la vivienda en la que habitan.
El resto son inquilinos, ocupan una casa de manera gratuita o son propietarios, pero aún están pagando la casa a plazos, entre otros.
Con el 24.6% de hogares viviendo en pobreza en 2021, adquirir una vivienda propia es un lujo que muchos salvadoreños no pueden costear.
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De hecho, el porcentaje de hogares con casa propia se redujo después de la pandemia, cuando muchas cabezas de familia se quedaron sin empleo y no pudieron pagar más su vivienda.
En 2019 el porcentaje de hogares con vivienda propia era de 51.7% y en 2020 aumentó a 53.7%.
Pese a que en 2019 el gobierno de Nayib Bukele reformó el viceministerio de Vivienda y lo convirtió en un nuevo Ministerio a cargo de Michelle Sol, esposa del presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro, el número de hogares propietarios de su vivienda ha disminuido.
Según la página web de la Presidencia de la República, el Sistema Nacional de Vivienda ha invertido $500 millones en beneficiar a 33,000 familias con créditos, financiamiento para mejoras o construcción, reasentamientos, entre otras medidas. Solo en el caso de los créditos, el 96 % fue para vivienda de interés social, es decir, para los hogares que reportan menores ingresos.
Y es que pagar una casa implica un significativo costo para las familias. De los 74,387 hogares que actualmente pagan su vivienda, un total de 28,019 hogares deben cancelar cuotas de $125 o más.
De igual forma, de los 256,803 hogares que arriendan una vivienda, el 31.52% paga cuotas de $35 a $68 y otro 25% paga cuotas de más de $125.
De acuerdo con la organización Hábitat para la Humanidad, el déficit cualitativo de vivienda en El Salvador, Guatemala y Honduras supera los 3.9 millones de casas.
El impacto del cambio climático de los últimos años ha agudizado el problema con viviendas construidas con materiales de mala calidad que no soportan las lluvias, ni las inundaciones, entre otras.
“La pandemia ha agudizado la realidad de las familias más vulnerables en la región. Realizamos este informe porque queríamos entender los principales retos a los que se enfrentan las familias en el Corredor Seco y comprender también el impacto del cambio climático en sus condiciones de vida, siempre enfocados en la relación directa con la vivienda”, explica Ernesto Castro, vicepresidente de área de Hábitat para la Humanidad en América Latina y el Caribe.
Mayoría de viviendas usa láminas metálicas en el techo de su hogar
Más del 50% de los hogares salvadoreños usa láminas metálicas en el techo de su hogar, otro 23% usa lámina de asbesto o fibra de cemento y solo un 18% usa tejas de barro o cemento, según indican las cifras de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2021.
Además, el 76.4% de los hogares habitan en casas con paredes de concreto o mixtos.
Según estos datos, las condiciones de vivienda de los salvadoreños han mejorado respecto a hace un año. Sin embargo aún hay un 7.9% de hogares que vive en casas construidas con lámina metálica y 3.4% más con paredes de bahareque, paja o palma y 13.8% de hogares con piso de tierra.
Estas condiciones son determinantes en la calidad de vida de las familias, pues sus viviendas son más susceptibles de caerse o dañarse en casos de lluvias o deslizamientos, sobre todo durante la época de invierno.