¡Un último paso para una mejor experiencia!

Para brindarte un servicio más ágil y personalizado, necesitamos que completes tu información de facturación.

Actualizar mis datos

Historias que importan, gracias a lectores como tú

El periodismo que hacemos requiere tiempo, esfuerzo y pasión. Cada reportaje es para mantener informado y contar historias que marcan la diferencia

Sucríbete y obtén acceso a contenido exclusivo

Especiales Focus Data
  
Suscribirme
EPAPER Elecciones en Venezuela|Harris vs. Trump|Dengue|Alza precios alimentos|Selecta

El arte del divino recuerdo

.

Por Carlos Balaguer | Ago 29, 2022 - 16:36

La Esfinge concluyó diciendo al arquero: “Incapaces de olvidar se olvidan a sí mismos. El tiempo es el implacable juez de su fragilidad humana. Así que para recordar la vida debes olvidar, querido adepto. Debes aprender a usar el arco celeste del olvido. Debes asesinar arquero triste los días perdidos del amor...”Así, Kania aprendió el arte de los hombres fugaces: el de olvidar. Arte del Divino Recuerdo, que era el recuerdo de su dios interior. Porque la esfinge que Kania sacaba del espejo del zurrón, era la misma esfinge de su ser interior. Tenía el mismo rostro, los mismos ojos, el mismo llanto y el mismo reírse de sí mismo, y de lo que alguna vez soñó ser. Ya no era el cazador de esfinges, sino el cazador de sí mismo, de su propio y desterrado recuerdo. Hombre y a la vez desamparada fiera. Desnudo del ayer y sin el oro que cubría a la misteriosa Simha. Durante una batalla con su propio recuerdo, aprendió el arte más difícil de los hombres—fábula: el arte de morir. Desde entonces, al igual que la divina cantora del erial, ya no pudo morir, como es el destino de aquellos que perdonaron el pasado. (XIII) <de “La Esfinge Desnuda” -C.B.>

KEYWORDS

Filosofía Opinión

Patrocinado por Taboola

Utilizamos cookies para asegurarte la mejor experiencia
Cookies y política de privacidad