Pasaron más de 40 días y un día llegaron los nombres del Comité de Regularización de la Fesfut. Tres abogados y un ingeniero, sin trayectoria alguna en las estructuras del fútbol, serán los encargados de reencausar el maltrecho fútbol salvadoreño.
El abogado Humberto Sáenz Marinero, fue designado por FIFA y Concacaf como el presidente de este Comité, acompañado de sus colegas Fernando Argüello Téllez y Henry Orellana; el ingeniero es Luis Segovia. La intención de la Federación internacional es clara con esta elección: revisar los asuntos legales en los que está inmersa la Federación y estudiar estatutos y leyes para analizar probables reformas.
¿Quién es Sáenz Marinero, el presidente del Comité de Regularización de la Fesfut?
Aunque hoy las prioridades son futbolísticas: urge el reestablecimiento de las tres categorías del fútbol y volver a aceitar el engranaje, hoy oxidado, de la Federación, cuyos empleados llevan dos meses sin recibir salarios. Después sí, la tareas de auditoría de las finanzas, garantizar la “buena gobernanza financiera” y la gestión de los fondos FIFA, que no son pocos dólares.
Y el punto cúlmine: organizar y llevar a cabo elecciones al Comité Ejecutivo de la FESFUT. Este último ítem es el que ha dejado estancado al fútbol salvadoreño, por la infaltable lucha de poderes por el sillón del tercer piso del edificio de la Colonia Escalón: el de presidente de la Federación.
Sin tantos egos, esto no habría sucedido. Y las consecuencias fueron instantáneas: un torneo detenido, equipos que dejaron de entrenar, protagonistas sin cobrar, selecciones sin eventos internacionales ni amistosos. Que esto sea una luz en medio del hoyo.