La construcción de la “mega-cárcel” de Tecoluca, San Vicente, plantea un mega-problema sanitario, de abastecimiento en muchos campos, como lo han expuesto vecinos, agricultores y ambientalistas en las páginas de EL DIARIO DE HOY. Sólo hay que analizar varios hechos:
Se informa que los confinados, tanto justos como pecadores, necesitarán millones de litros de agua al día para beber, bañarse, limpieza general. Además es lógico que generarán toneladas de desechos y excretas que no se pueden tirar así por así.
Se dice que dispondrán de pozos y planta de tratamiento, pero se necesita más que eso.
Un reclusorio de esos, donde pretenden alojar a 40,000 reos —más que la población de Tecoluca, de 35,000 habitantes—, requiere garantizar el suministro de servicios y la evacuación de desechos sin afectar a las poblaciones vecinas ni al medio ambiente. No sólo es tratar y ponerle cloro al agua, sino de no contaminar con el agua servida los ríos cercanos, lo que ha hecho del Acelhuate una cloaca abierta, generando focos graves de infección en la capital.
La zona es eminentemente agrícola, por lo que se debe construir reservorios y evitar perforar el manto freático, “el fondo del huacal”, como sucedió en el Valle de Zapotitán en décadas anteriores. Deben pensar en los agricultores locales, a los cuales no se les puede relegar ni dañar solo para ver realizado un sueño o capricho presidencial.
Ya el suministro de agua estuvo en manos de bukelistas que llegaron al extremo de servir agua contaminada al Gran San Salvador y quedaron exhibidos al ser interpelados en la Asamblea Legislativa. Ahora se dice que otras personas están a cargo y serán las encargadas de evitar que llegue agua chuca al megapenal.
Hay otras consideraciones…
Si se reveló que el “Hospital El Salvador”, el más “cool del mundo mundial”, se construyó sin lavanderías ni facilidades para disponer de material peligroso, y si los mismos equipos que gozan del favor del régimen estarían a cargo de tales diseños, ¿qué pasará con el nuevo penal?
¿Quiénes estarán a cargo de abastecer de alimentos a los confinados, de las cocinas, del suministro de granos, verduras, etcétera? La logística es uno de los campos donde no se ven conocedores dentro del equipo administrativo, pues hasta ahora la improvisación es casi la regla.
Mientras todo se concentre en un punto no hay posibilidad de buen arreglo
La construcción de cárceles, de escuelas, de hospitales, de centros de recreación es un asunto complejo; no se trata de “soplar y hacer botellas” sino que deben buscarse asesorías, pues delegar en la parentela, las amigatelas, el primo del señor ministro, los cheros de uno de los ungidos (esté o no mencionado en la lista Engel) no es suficiente para asegurarse de que todo va a funcionar como se debe, como lo atestiguan las muertes de médicos y personal sanitario durante la pandemia; se ponía en manos de “la cherada” esa tarea, llegándose inclusive a encargar a una fábrica de suelas de zapatos elaborar mascarillas.
En espacios cerrados, hacinados, como son siempre las cárceles, el estado permanente de tensión, el sufrimiento humano, lleva a problemas de la más diversa índole, como se ha visto en varios países, entre ellos Honduras.
El montaje de la mega-prisión no es, para muchos conocedores, la forma más eficiente de solucionar el problema de la delincuencia en el país, como entre otros lo han señalado el Rector de la UCA, el padre Andreu Oliva, y el Cardenal Rosa Chávez o el padre Chopín. Pero mientras todas las decisiones estén concentradas en un único punto que sistemáticamente rechaza toda propuesta que contraríe en pocos milímetros sus posturas, la Nación seguirá de mal en peor…