El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, propuso este domingo a los grupos armados "beneficios" penales a cambio de que firmen la paz, tras el acuerdo de 2016 con la entonces guerrilla marxista de las FARC.
"Convocamos (...) a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado. A aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia", dijo el primer mandatario de izquierda de Colombia en su discurso de investidura.
Desde su elección, el 19 de junio, Petro ha manifestado su interés de acordar una "paz total" con los grupos que siguieron en armas tras la disolución de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y su transformación en partido político.
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La guerrilla del ELN, la última reconocida tras el desarme de las FARC en 2017, manifestó su intención de diálogo con el nuevo gobierno.
Asimismo, los disidentes que no se acogieron al proceso de paz que dio fin a la otrora guerrilla más poderosa del continente se mostraron prestos a acordar un cese bilateral al fuego.
El Clan del Golfo, la mayor banda narco del país cuyo máximo líder Otoniel está extraditado en Estados Unidos, anunció su voluntad de coordinar un alto al fuego para negociar su desarme.
Petro no especificó si el ofrecimiento incluye rebajas de penas o alternativas a la cárcel como las acordadas por el expresidente Juan Manuel Santos (2010-2018) con las FARC.
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Al final de su discurso, el entrante mandatario se comprometió ante los colombianos a trabajar por "conseguir la paz verdadera y definitiva como nadie, como nunca".
Colombia aún sufre la violencia de más de seis décadas de conflicto armado. Aunque el acuerdo con las FARC pretendió ponerle fin, expertos señalan que la ausencia del Estado en regiones que otrora controlaban los rebeldes ha imposibilitado la paz.
"No podemos fallarle a la sociedad colombiana. Los muertos se lo merecen, los vivos lo necesitan. La vida debe ser la base de la paz", añadió Petro.