Al final del juego de ajedrez, el rey y el peón vuelven a la caja
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“En el ajedrez -como en la vida- una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja” concluye un proverbio italiano. “No he visto un trailer de mudanzas detrás de un cortejo fúnebre” declaró su Santidad Francisco I. Tesoros, riquezas, gloria, amores, cetros y coronas quedan en este mundo al partir. Desnudos venimos a la vida e igualmente nos vamos. Así, tanto reyes y peones vuelven a la misma caja. Los faraones de la civilización egipcia llevaban consigo su gloria y tesoros al morir. Lo que siglos después descubren los arqueólogos como un testimonio de su vulnerable gloria. Hades -el dios mayor del “inframundo” en la mitología griega- gobernaba el reino en las profundidades de la tierra. El término “Inframundo” proviene del latin “inférnum” o “ínferus” (subterráneo) equivalente al Seol hebreo o “tierra de los muertos”. Nuestra poderosa y a la vez frágil civilización moderna ha vivido en el inframundo de su mismo esplendor. Buscando y saqueando las riquezas del subsuelo no ha desenterrado de su interior el amor humano y divino. Más que el poder del amor le ha seducido el amor al poder. El ayer ya no está, el presente es nuestro único futuro. De lo que hagamos del mañana dependerá nuestra victoria o nuestro colapso como “la poderosa y frágil civilización moderna.”<Palabras Balaguer-Facebook>
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