"Él siempre ayudó a los demás". Jucuapa despide a Adrián, quien murió en el penal de Mariona
Jucuapa dio el último adiós a Adrián Efraín Solórzano Hernández, de 30 años, quien murió por “asfixia mecánica por estrangulación” en el penal de Mariona, según el documento que Medicina Legal entregó a la familia. Adrián había sido capturado el 18 de abril en su casa en el marco régimen de excepción.
Jucuapa, Usulután. Familiares, amigos y compañeros de trabajo acompañan el entierro de Adrián Efraín Solórzano Hernández, quien murió estrangulado en el penal de Mariona, según certificó Medicina Legal. Permanecía detenido ahí tras haber sido capturado el 18 de abril ajo el régimen de excepción.
Foto EDH/ Jorge Reyes
Familiares una foto y una corona de flores en el carro que Adrián Solorzano utilizaba para trabajar como taxista.
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Los integrantes del equipo C.D. Vista Hermosa Jr. acompañaron en el entierro de Adrián.
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Adrián era muy conocido en Jucuapa, donde trabajaba como transportista independiente; hacía viajes como taxi privado en dos vehículos, uno de su propiedad y otro de su madre, Hortensia Hernández. Conductores de mototaxis esperaron en la entrada del cementerio municipal de Jucuapa la llegada del ataúd de Adrián quien en una época también trabajó en ese medio de transporte.
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Detalles de las flores que le llevaron los amigos y familiares. El documento que contiene el dictamen preliminar de la causa de muerte de Adrián Efraín dice claramente: asfixia mecánica por estrangulación.
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El carro fúnebre hizo una parada en el parque central de Jucuapa, donde donde Adrián hacía meta con su taxi.
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En la pancarta que le pusieron en el carro decía: "Te recordaremos por siempre Hildo", como era conocido.
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Un señor tocó las campanas en cementerio municipal de Jucuapa antes de entrar el ataúd de Adrián, quien murió en penal de Mariona.
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Los familiares y amigos lamenta la muerte de Adrián que era un excelente ser humano. Según la hermana de Adrián, del trabajo de Medicina Legal se concluye que el joven fue asfixiado con una macana cuando trataban de someterlo.
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Un amigo abraza a Hortensia Hernández, la madre de Adrián, en el cementerio municipal de Jucuapa.
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"Nunca fue una mala persona, él siempre se quitaba el bocado para cualquiera que tuviera hambre", dijo un familiar en el último adiós de Adrián.
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Hortensia Hernández, la madre de Adrián, despide a su hijo en el cementerio.
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Adrián era querido por muchos pobladores de Jucuapa, Usulután.
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“Mi hermano no tenía ningún registro delincuencial; él era reconocido por ser trabajador. Aquí pueden preguntar a quien quieran sobre la conducta de él”, afirmó Hilda, hermana de Adrián.
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Detalle de las rosas que llevó un familiar.
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