El Salvador pasará a aguas caribeñas para intentar llegar a Indonesia, donde se disputará el Mundial del 2023.Este jueves, la Azulita logró quedarse con la primera posición del grupo G, al empatar frente a Panamá (0-0), en la última jornada de la primera fase de este Eliminatorio de la Concacaf.
Un partido lamentable, que dio lugar a las especulaciones. Con la clasificación asegurada por los dos equipos, ambos tuvieron tiempo para las especulaciones, más por el lado panameño quienes demostraron no querer ganar el partido, para quedarse con la tercera posición, con la que enfrentarán a Cuba, y evitar a México, en una etapa de Cuartos, si se quedaban con el segundo puesto.
El domingo la Selecta jugará contra República Dominicana, en la fase de octavos de final.De ganar, se estará midiendo en Cuartos al ganador de la serie entre Jamaica y el segundo del grupo F, que se definía al cierre de esta nota y estaba entre México, Haití o Trinidad y Tobago.
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El boleto a las semifinales también significa la clasificación al a Copa del Mundo. Llegar a la final, también clasifica a los Juegos Olímpicos de París 2024.
El camino genera buenas sensaciones para la Azul y Blanco, pero tendrá que hacer un pequeño análisis de lo que dejo el duelo de anoche contra los canaleros.
Con lo suficiente
La Azul y blanco se acomodó a la idea del rival, con la impresión de que no querían arriesgarse de cara al siguiente compromiso.
Sin cambios en el once titular, con una cancha sin lodo, pero dispareja por las lluvias de los días anteriores, la Azulita no tuvo un buen desempeño.
En el primer tiempo, El Salvador cedió la pelota a Panamá, que llegaron más, pero solo inquietaron con dos disparos desviados del atacante Leonel Tejada (12’ y 34’).
Una primera parte que se caracterizó por el juego pausado, producto de las constantes faltas. Con mucho recorrido en la media cancha y con poca profundidad de juego, que hicieron escasas las ocasiones a gol.
El DTde la Selecta, Gerson Pérez no se mostró muy conforme con el desempeño de la Azulita y se mantuvo en el área técnica haciendo constantes llamados de atención.
En la última del primer tiempo (45’), Mayer Gil, quien más lo intentó con el juego individual, recibió una pelota en el área, la cual no pudo enganchar bien en la media vuelta y conectó desviado, aunque muy cercana a la meta de Miguel Pérez, quien hasta ese momento era un simple espectador.
De las gradas bajaron algunos aplausos, acompañados por algunos suspiros de lamento, del grupo de aficionados salvadoreños que han estado acompañando al equipo Azul y Blanco.
Aburrido
La segunda parte fue más de la mismo, teniendo más acción el árbitro mexicano, Marco Ortiz, accionando el silbato y los camilleros, quienes entraban a cada rato, que los elementos de los dos equipos.
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El duelo jamás se abrió, manteniendo el desarrollo del juego en la media cancha, con la diferencia de que El Salvador se soltó la presión y pasó con más constancia el área de los panameños, pero sin generar mayores sobresaltos.
Panamá, que cumplió con las cinco sustituciones en 65 minutos, tampoco mejoró al frente y en la parte de complemento generaron poquísimo.
En los minutos finales, el desinterés de los panameños fue más evidente, al no insistir hacia a la portería de Damian Alguera, que salió con el uniforme limpio.
El partido terminó sin disparos a portería, por parte de los dos equipos, dejando una imagen lamentable en cuestión de espectáculo.
Al final, los dos equipos se dieron la mano, se desearon suerte y tomaron camino hacia los camerinos, cada uno pensando en sus próximos rivales y soñando un poco más con el boleto hacia el Mundial de Indonesia.