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Colombia: camino a un balotaje de infarto

A partir de este domingo quedan solo 2 semanas para el balotaje, y en las primeras dos encuestas Hernández sobrepasa a Petro en intención de voto en una horquilla que va entre 1.6% (empate técnico) a 3%. En los próximos días veremos si Hernández logra mantener o incluso ampliar su ventaja sobre Petro, si éste logra recuperar el primer lugar o si ambos candidatos llegarán a la segunda vuelta en un escenario de empate técnico

Por Daniel Zovatto |

Colombia acaba de vivir el pasado domingo 29 de mayo unas elecciones presidenciales cruciales no sólo a nivel nacional sino también en el ámbito regional. El país andino llegó a esta cita electoral en una coyuntura compleja, profundo malestar social, elevado nivel de incertidumbre y volatilidad, marcada desconfianza en las autoridades electorales, máxima tensión y con todos los escenarios electorales abiertos. La participación electoral fue la más alta desde 1974, alcanzando un 54.98%.


El resultado de esta primera vuelta marca un cambio de época. Perdieron los partidos tradicionales, las maquinarias políticas, las opciones moderadas y de centro. Ganaron los candidatos con propuestas de transformación radical, ejecutivas y lenguaje llano. Para nadie fue una sorpresa la clara victoria de Gustavo Petro, quien por tercera oportunidad busca llegar a la presidencia. Obtuvo el 39.84% e incrementó en 500.000 mil los 8 millones de votos que había logrado en la segunda vuelta de 2018 -en la que perdió frente al actual Presidente Iván Duque-, pero sin alcanzar el 50% más uno necesario para definir la presidencia en la primera ronda. En cambio, el segundo lugar de Rodolfo Hernández sí fue la sorpresa de estas elecciones, al superar por 4% a la derecha tradicional liderada por Federico Gutiérrez (27.82% a 23.64% respectivamente), lo que le permitió pasar al balotaje del próximo 19 de junio. El centro encabezado por Sergio Fajardo se desplomó (4.2%).


Colombia en clave comparada
Las colombianas son las séptimas elecciones presidenciales del súper ciclo electoral latinoamericano 2021-2024: 5 procesos tuvieron lugar en el 2021 (Ecuador, Perú, Chile, Honduras y la farsa electoral nicaragüense) y uno, en Costa Rica (el sexto), a inicios de 2022. Este resultado se enmarca dentro de las principales tendencias del súper ciclo: voto castigo a los oficialismos, segunda vuelta y reversión del resultado, y la irrupción de los candidatos PAPs: personalistas, anti-política y populistas.
Voto castigo a los oficialismos
En 13 de las 14 (92%) elecciones presidenciales celebradas en la región desde 2019 al 29 de mayo de 2022 (incluida la colombiana) perdió el partido en el gobierno. La única excepción es la farsa electoral nicaragüense de noviembre de 2021.


Segunda vuelta y reversión del resultado
En 11 de las últimas 14 elecciones presidenciales latinoamericanas (78.5%) está regulada la segunda vuelta. En 7 de estas 11 elecciones (63.6%) hubo necesidad de ir a un balotaje. Y en 5 de estas 6 elecciones (Colombia está aún por definirse) donde hubo segunda vuelta, se produjo reversión del resultado, es decir que quien perdió en la primera vuelta ganó luego el balotaje.
A los colombianos les gusta elegir a sus presidentes en segunda vuelta. De las últimas 7 elecciones, 5 requirieron ir a balotaje. Y de estas 5 en dos hubo reversión del resultado: en 1998 Andrés Pastrana superó a Horacio Serpa y en 2014 Juan Manuel Santos hizo lo mismo con Oscar Iván Zuluaga, pero en ambos casos con una diferencia en primera vuelta entre los candidatos inferior al 4%. En esta ocasión Petro aventajó a Hernández por 12%.


Candidatos PAPs:
Un fenómeno que viene ganando fuerza en nuestra región es la emergencia de candidatos PAP, es decir, personalistas, con discurso anti-política y propuestas populistas. Estos nuevos actores se presentan como outsiders e ingresan en la arena electoral y política aprovechándose del profundo malestar social y la falta de confianza ciudadana con las élites políticas tradicionales y las económicas, los altos niveles de desigualdad y la ausencia de oportunidades (sobre todo para los jóvenes), el sentimiento de que se gobierna para beneficio de unos pocos grupos poderosos, los elevados niveles de corrupción e inseguridad y la insatisfacción con las promesas incumplidas y la falta de resultados de las democracias.


En términos programáticos, en estos candidatos predominan los discursos de mano dura contra la corrupción y la inseguridad, la eficiencia y reducción del tamaño del Estado, así como el desprecio por las principales instituciones de la democracia representativa. En términos electorales, se valen de las redes sociales y medios alternativos para despertar las emociones y movilizar a sus simpatizantes de manera directa y utilizan la descalificación a sus oponentes y la clase (casta) política. Rodolfo Hernández es un claro ejemplo para el caso colombiano, pero también lo son, entre otros, Nayib Bukele en El Salvador y Javier Milei en la Argentina.


Escenarios de incertidumbre e ingobernabilidad
El próximo 19 de junio los colombianos deberán elegir entre dos propuestas de “cambio” muy diferentes entre sí: una de contenido progresista de izquierda (Petro) y otra sin una definición ideológica clara y con fuerte contenido antipolítica y antipartidos tradicionales (Hernández).


Ninguno de los dos logrará ser electo con su caudal actual de voto y por ello ambos deberán salir a la caza de nuevos electores de cara al balotaje.


Gane quien gane tendrá un escenario complejo de gobernabilidad ya que ninguno cuenta con mayorías propias en el nuevo Congreso. Esto se torna aún más preocupante si se considera que ambos están proponiendo cambios radicales a temas espinosos (reforma tributaria, pensional, a la salud, a la justicia, etc.) que requieren amplios consensos para ser aprobadas.


Además, Colombia es el único país de la región donde el Congreso se elige tres meses antes de las presidenciales, diseño que fomenta la fragmentación y dificulta la gobernabilidad. Así en las elecciones de marzo, la Cámara y el Senado terminaron fragmentadas con más de 10 partidos políticos. La primera minoría estará en manos de Gustavo Petro y su Pacto Histórico con alrededor de 47 curules entre Senado y Cámara. Para Hernández el panorama es aún más complejo, ya que no tiene congresistas propios. Como vemos, la incertidumbre y los riesgos de ingobernabilidad son altos debido a que el diseño institucional actual promueve un “presidencialismo coalicional”.


A partir de este domingo quedan solo 2 semanas para el balotaje, y en las primeras dos encuestas Hernández sobrepasa a Petro en intención de voto en una horquilla que va entre 1.6% (empate técnico) a 3%. En los próximos días veremos si Hernández logra mantener o incluso ampliar su ventaja sobre Petro, si éste logra recuperar el primer lugar o si ambos candidatos llegarán a la segunda vuelta en un escenario de empate técnico. La moneda está en el aire.


Director regional. IDEA Internacional

@zovatto55

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