De las sietes ancianas residentes del Asilo Jesús Nazareno, en el municipio de Conchagua, solo María Lilian Bustillo, de 86 años, tuvo siete hijos, seis ya murieron, el otro vive, pero desconoce de su paradero. Pero María, al igual que el resto de sus compañeras de habitación, se alegraron con la celebración del Día de las Madres.
El resto de las mujeres, en su juventud fueron madres de crianza de sus sobrinos u otros miembros de la familia y hoy en su vejez están rodeadas del cariños y del festejos por parte del personal que trabaja y colabora con el hogar de los ancianos.
El asilo Jesús Nazareno, de la parroquia San Carlos Borromeo, está ubicado en colonia Santa Mónica, en la jurisdicción de Conchagua, departamento de La Unión.
El local fue decorado con globos y otros detalles, un pastel en la mesa principal, siete regalos e igual número de rosas naturales para cada una de ellas, las cuales fueron entregadas de manos de los trabajadores del asilo.
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Las ancianas disfrutaron de pastel, recibieron un regalo, una rosa y disfrutaron de la música de Tito Alberto Hernández, quien trabajaba amenizando eventos; algunas de las mujeres pidieron el micrófono para cantar, otros entre alegrías y nostalgia derramaban lágrimas.
Aunque el festejo era para las mujeres, también los hombres formaron parte, algunos como Francisco Díaz, de 78 años, conocido como El Chele, dedicó varias estrofas de canciones a sus compañeras.
La doctora Yanet de Macay, presidenta del patronato del asilo dijo que “gracias a Dios, cada año se celebra el día de Las Madres, también el día del Padre, los empleados le ponen mucho empeño para darles mucho cariño y hacerlas sentir que son queridas”.
“No tuvieron hijos, pero criaron sobrinos; los hijos de ellas somos todos nosotros y demostrarles que son queridas, es así como se les celebra los días festivos y de sus cumpleaños porque eso les alegra el alma”, agregó Macay.
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“Tuve siete hijos, seis se me murieron cuando eran pequeños, solo uno vive, pero creo que está en Guatemala, en mi juventud trabajé vendiendo bolsas en las calles, pero hoy estoy feliz porque nos están celebrando a nosotras las madres”, María Lilian Bustillo, de 86 años.