Luego de construir una vida por décadas los habitantes del caserío Condadillo en Conchagua, La Unión, se sienten desprotegidos, amenazados y con incertidumbre por la ley que abandera la construcción del Aeropuerto del Pacífico, aprobada por La Asamblea Legislativa en la plenaria 53 en abril de este año y que obligará a vender sus propiedades al Estado.
Condadillo tiene casas comunes y ostentosas, una población de 800 habitantes aproximadamente, que se dedican al cultivo, a curiliar, y a la pesca. Según un poblador que prefirió el anonimato, dice que no hay una cifra real de parte de las autoridades pero que son 30 casas las afectadas por la construcción. Para él, al igual que el resto, están seguros que todo el caserío será afectado.
Samuel Hernández, nació, creció y ha desarrollado su vida por 36 años en el caserío, con sueños que se le están cumpliendo con su familia. Ahora lamenta que su estabilidad está en peligro, ya que a su casa han llegado personas con camisas del MOP y CEPA a intentar hacer mediciones y censar porque su propiedad es una de las afectadas y tendrá que vender al Estado, aunque él no lo desee.
Asegura que nadie ha llegado a decirles dónde los van a reubicar, cuánto dinero les pagarán, cuándo ni cómo, únicamente les han expresado que son afectados todo lo contrario con el caserío Flor de Mangle, donde sí se han reunido con los habitantes, pero que tampoco les han asegurado nada.
Lo que sí es un hecho es que han llegado a medir los terrenos de sus casas y han colocado algunas marcas en los árboles, pero nadie sabe el motivo.
“Saber todo esto realmente causa pánico y lo más terrible es que nos vemos impotente ante un gobierno que crea la ley de la expropiación de terreno, qué viene a decirme que yo no tengo derecho, que yo no tengo derecho a una vivienda, que yo no tengo derecho a estar en un lugar libre”, enfatizó Hernández.
De acuerdo algunos habitantes de Condadillo en agosto del año pasado llegaron unas personas a comentarles que eran beneficiarios del proyecto pero que jamás les mencionaron de qué forma, ahora los trabajadores que realizan mediciones les han notificado que son afectados por la construcción. A las reuniones que pocos han asistido son las que se han desarrollado en Flor de Mangle, pero cuestionan por qué no se abogan directamente al Condadillo.
Hernández le hizo una invitación al diputado William Soriano, de Nuevas Ideas, para darle un paseo por todo el lugar y que constate el gran daño que se le hará a la comunidad y al medio ambiente.
Ante el silencio de la mayoría de los afectados, Hernández mencionó que hay factores que no dejan que se expresen libremente y uno de ellos es el miedo a las represalias, ya que aseguran que las personas que llegan a realizar mediciones les han dicho que “sí el gobierno quiere le va a pagar y si no quiere no les va a pagar. Que sí se oponen los procesos serán más lentos y serán los últimos en que les paguen, si es que el dinero alcanza”, confirmó Hernández.
También dijo que tienen miedo de la situación que está viviendo el país por el régimen de excepción, que al reclamar por sus propiedades sean detenidos.
“Yo sé que si yo salgo por esa cámara hablando en represalias contra este tipo (Bukele) me va a ubicar, y rapidito voy a tener lleno el solar de soldados y policías, y que me van a poner, que soy pandillero”, comentó un habitante que prefirió el anonimato.
Los que sí están de acuerdo
Por otra parte, para los habitantes de la comunidad Flor de Mangle la situación parece ser un poco diferente, pues un aproximado de 30 familias se verían afectadas por el proyecto, pero no descartan la posibilidad de aceptar las negociaciones que ofrece el gobierno central.
Al cuestionar a los lugareños, algunos de ellos mencionaron estar de acuerdo con lo que puedan ofrecerles, sin embargo, hasta la fecha no hay un documento que detalle el valúo de las casas y terrenos de la comunidad, así como tampoco existe una posible fecha de desalojo, ni un lugar adonde sean trasladados en caso de concretarse las negociaciones.
Para Tránsito Hernández, quien es habitante del lugar, los factores que más le preocupan son los antes mencionados, pero otro elemento importante a destacar es el tema ambiental pues con la construcción del nuevo aeropuerto, desaparecerían manglares, nacimientos de agua y espacios para cultivos, dejando en el limbo las fuentes de trabajo de los lugareños.