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Columna. Firmeza

Muchos padres establecen unas normas que con frecuencia ellos mismos no cumplen

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos | Abr 17, 2022- 07:20

Foto: Shutterstock

La disciplina, la ubicamos como uno de los fundamentales criterios educativos a nivel familiar, y mencionábamos otros criterios que tienen relación con ella y que suelen ser malinterpretados y aplicados inconvenientemente: la firmeza, la tolerancia y la flexibilidad. Todos ellos se refieren a la forma adecuada de manejar la disciplina a nivel familiar, por lo que es difícil analizar cada uno independientemente de los otros. En este espacio vamos a clarificar el concepto de firmeza, y su relación con la disciplina, y con la tolerancia y la flexibilidad.

Firmeza es la claridad de la actitud comprometida del educador, en este caso los padres de familia, con respecto al conjunto de normas generales establecidas por ellos mismos, que rigen la convivencia y adecuada relación familiar. Suele interpretarse por firmeza una actitud de defensa férrea de las normas y principios impuestos, invulnerable a cualquier actitud o iniciativa diferente a las mismas, y sancionadora de la indisciplina a ellas. No es del todo erróneo este concepto de firmeza, pero es en su forma cerrada y radical donde pierde parte de su verdad, y donde se hace incompatible con la flexibilidad y la tolerancia, cosa que no debería ser.

Dra. Margarita Mendoza Burgos. Foto: Cortesía

Firmeza no es rigidez. El conjunto de normas debe ser como un árbol que se planta; y para que sirva como punto de referencia, es necesario que permanentemente esté ahí, firme, en el mismo sitio; y eso no significa que el árbol sea rígido e inamovible. Al contrario, el viento (la actitud de los hijos) puede mover sus ramas, pero el árbol sigue en su lugar. Sin embargo, quien plantó el árbol, ocasionalmente sí puede trasplantarlo a una mejor ubicación si lo considera conveniente, en función de las circunstancias, y en función de si la ubicación que tenía era o no realmente el mejor punto de referencia. Y en la nueva ubicación seguirá siendo firme.

Muchos padres establecen unas normas que con frecuencia ellos mismos no cumplen, descuidan también la atención a su cumplimiento por parte de los hijos, y, de vez en cuando se dan cuenta de que la relación familiar degenera y tratan de encauzarla con una actitud radical. No hubo referencia; no hubo firmeza porque el arbolito se plantó en una maceta que todos movieron a su conveniencia. Otras veces los padres, arbitrariamente, con su actitud, pareciera que tienen un criterio diferente cada día. Ahí tampoco hay firmeza; no se sabe ni dónde está el árbol. Otras veces los padres plantan el árbol en función de criterios inadecuados, o que ya perdieron vigencia, y lo defienden en su sitio contra viento y marea, recurriendo a sanciones drásticas, aún cuando sea evidente que de ese modo, la relación familiar no funciona. Esa es la firmeza mal entendida.

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Educación Familia Margarita Mendoza Burgos Psicología Salud Trends Ver Comentarios

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