El juicio contra Leniz Escobar, alias "la diablita" continúa en Nueva York. El miércoles otra pandillera de la MS-13 quien le habría ayudado para atraer a los cinco jóvenes al Parque del Centro Recreativo de Central Islip, donde cuatro de ellos fueron asesinados con machetes, cuchillos, palos y un hacha, declaró en la corte federal de Central Islip.
Keily Gómez, quien ahora guarda prisión tras declararse culpable de su participación en los asesinatos, dijo que Leniz fue quien tuvo la idea de mostrar fotos de las víctimas a la pandilla para que los asesinaran.
“Ella ayudó a la pandilla sacando a los muchachos para que los mataran”, testificó la mujer de 21 años en calidad de colaboradora de la Fiscalía.
Sigue leyendo: «Yo lo hice todo y lo acepto». Escalofriantes confesiones de «la diablita» sobre masacre de la MS en Nueva York
La mujer, que tenía 16 años cuando ocurrieron los hechos, dijo que un mes antes a la masacre "la diablita" y ella se reunieron con miembros de la MS para mostrarles fotos de Elmer Alexander Artiaga Ruíz, el único sobreviviente, quien logró escapar en medio de los brutales ataques el 12 de abril de 2017.
Aseguró además que Artiaga Ruiz aparecía en las fotos mostrando armas por lo que lo consideraron como una amenaza para la mara, y lo tenían perfilado como miembro de la pandilla rival 18 street.
Fue en ese momento, expuso, que planearon el macabro asesinato y acordaron atraer a Artiaga Ruiz junto a cuatro de sus compañeros con la mentira que se reunirían para fumar marihuana.
Las llamadas que involucran a Leniz Escobar en los hechos
El 26 de marzo, la Fiscalía presentó a la corte unos audios que contienen dos llamadas telefónicas que Leniz Castro sostuvo con su novio el 12 de abril del mismo año, un día después de los asesinatos.
En las conversaciones la mujer da detalles escalofriantes del hecho, y acepta ser la responsable del cuádruple crimen. Para la parte fiscal estas podrían ser las pruebas que la implican de manera directa en el crimen.
Las llamadas, a los que tuvo acceso Univisión, tiene una duración de casi media hora. Uno de estos inicia con Escobar quien confiesa a su novio, Amador, que está preocupada pues uno de los cinco jóvenes logró escapar y no sabe que pueda pasar con ella.
«Cuatro personas tomaron el tren y nunca van a regresar», dice. “Se fueron de aquí. No están, no más”, repite en varias ocasiones, y añade que el que «aún sigue en el mapa» la conoce » y sabe ondas de mí».
«¿Qué pensaste que ibas a ganar haciendo eso?», pregunta Amador. Escobar responde que sabe que no ganaría nada, pero que ella estaría feliz. «Porque yo en verdad estaba feliz. Te lo digo así planchado: estaba feliz de que eso sucediera”, confiesa.
En un momento de la conversación la mujer acepta su responsabilidad en los hechos. “Si, yo lo hice todo. Yo lo hice todo y lo acepto”, exclama.