El miércoles 23 de marzo falleció en Estados Unidos Madeleine Albright, la primera mujer en dirigir la diplomacia estadounidense de 1997 a 2001, en la presidencia de Bill Clinton.
Durante su periodo y en las décadas siguientes, ella cultivó una relación muy cercana con una mujer salvadoreña: María Eugenia Brizuela de Ávila, quien a su vez fue la primera mujer en dirigir la diplomacia de El Salvador.
Brizuela de Ávila, canciller de El Salvador entre 1999 y 2004, coincidió con Albright no solo durante su periodo, sino también en una relación personal que perduró por décadas.
Y en una emotiva carta al Instituto Aspen, destacó el legado de Albright como diplomática, autora de importantes libros, académica y promotora del empoderamiento de las mujeres, pero también como una amiga entrañable.
Su trayectoria profesional
Brizuela de Ávila destacó la habilidad de Madeleine Albright de involcurarse en diálogos de alto impacto a nivel público y privado. En estos, dijo, siempre “defendió los objetivos y altos valores de su gobierno mediante su capacidad sin igual de persuasión y sus habilidades de influencia”.
Estas habilidades, narra la excanciller salvadoreña, las experimentó viendo a Albright negociando con un vendedor en Marrakesh tanto como discutiendo con el ministro francés de Defensa, como un testimonio de su versatilidad.
Además, resaltó su liderazgo en la unión de países, culturas y temas a fin de construir “una comunidad internacional más pacífica”.
Finalmente, expuso su rol en la promoción del liderazgo de las mujeres y niñas en el mundo.
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“Con frases como: ‘Hay un lugar especial en el infierno para mujeres que no ayudan a otros mujeres’, ella sigue empujándome a promover a niñas y mujeres en todas partes”, dijo Brizuela de Ávila en su carta al Aspen Institute.
Una relación personal
Más allá de la admiración al legado profesional de Madeleine Albright, María Eugenia Brizuela de Ávila hace hincapié en la cercana relación que tuvieron.
Mientras lideraba el grupo de mujeres cancilleres y ministras de asuntos exteriores del mundo, Madeleine Albright tomó “bajo su ala” a Brizuela de Ávila, narra esta última en su misiva.
Y eso, más allá de empoderarla a nivel personal, permitió que Estados Unidos otorgara el Estatus de Protección Temporal (TPS) a cientos de miles de salvadoreños víctimas de los terremotos consecutivos de 2001.
Además, la recuerda como una entrañable amiga con quien siempre sostuvo fructíferas y francas discusiones sobre los asuntos globales.
“Siempre serás una parte de mí”, concluye la excanciller salvadoreña.