Este jueves se cumple un mes de que el mundo se haya estremecido con la noticia de que Rusia invadió a su vecino Ucrania, dándole la razón a los servicios de inteligencia de Estados Unidos que venían anunciando la agresión y dejando en evidencia la estrategia del hombre fuerte de Rusia, Vladimir Putin, de negarlo.
El 24 de febrero, las milicias rusas cruzaron las fronteras ucranianas luego de una creciente tensión mundial por la acumulación de tropas enviadas por Putin a las fronteras, hasta alcanzar los 150 mil soldados.
Luego de 30 días de ataques rusos, algunos considerados ya “crímenes de guerra” por los Estados Unidos por haber dañado población civil-se han denunciado ataques incluso a hospitales materno infantiles-y con negociaciones para detener la invasión aún en marcha, nadie se atreve en estos momentos a predecir si los ataques de extenderán por mucho tiempo o se frenarán por la vía diplomática.
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Las cifras, como en toda conflicto, difieren de acuerdo a quién las informa, pero el dato más certero es el número de refugiados: según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) cerca de 3 millones de ucranianos han huido de los ataques rusos a la fecha.
Las bajas civiles, según el ministerio de Defensa de Ucrania, ascienden a 690 a inicios de semana, 97 de ellos niños. Ucrania afirma haber abatido 13,800 soldados rusos, aunque el Kremlin solo reconoce 498.
Por su parte el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, admitió a principios de semana que su ejército había sufrido 1,300 bajas.
Fruto de los ataques, no solo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha llamado “criminal de guerra” a Putin, sino que además otras potencias como Francia dijeron ayer que están a la disposición para investigar las “atrocidades” contra las víctimas civiles.
La Casa Blanca aclaró después que Biden hablaba “desde el corazón” y que sería luego de una investigación del Departamento de Estado si acusaban al mandatario ruso de “crímenes de guerra”.
El Gobierno francés anunció este miércoles que aportará 500,000 euros y pondrá a disposición magistrados, investigadores y expertos para que la Corte Penal Internacional (CPI) investigue “las atrocidades” cometidas durante la invasión rusa de Ucrania.
“Los responsables de las atrocidades cometidas en el marco de esta agresión deben ser procesados en nombre de la lucha indispensable contra la impunidad”, señaló en un comunicado el ministerio de Exteriores.
El pasado 2 de marzo, casi 40 países, entre ellos los 27 de la UE, pidieron a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya y a la que no pertenece EE.UU., la abertura de una investigación en Ucrania por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
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Una vez abiertas las pesquisas, Francia señaló que “pondrá a disposición magistrados, investigadores y especialistas” para realizar la labor “en las mejores condiciones. Asimismo, detalló que aportará para esta investigación “una ayuda financiera excepcional” de 50,000 euros que podrá ser revista al alza si fuese necesario.
De acuerdo con el Gobierno estadounidense, desde que Rusia inició la invasión el 24 de febrero, sus tropas han dirigido ataques contra objetivos que “claramente” estaban siendo usados por civiles, como edificios de apartamentos, escuelas, hospitales, centros comerciales y ambulancias.
Hizo referencia, por ejemplo, a un hospital de maternidad y un teatro de la ciudad portuaria de Mariúpol, donde los duros enfrentamientos mantienen bloqueados desde hace dos semanas a más de 100,000 civiles en condiciones infrahumanas.
El Gobierno de Ucrania, por su parte, afirmó haber recogido casi 5,000 pruebas de crímenes de guerra cometidos por Rusia.
La economía, por los suelos
Además de la destrucción y muerte, la invasión rusa influye directamente en la economía mundial, pues fruto de los ataques el precio de los combustibles ha ido al alza, conllevando la escala de precios en otros productos de consumo por el alza en el precio de los transportes.
En el ámbito diplomático, la ONU ha condenado la invasión rusa a Ucrania, aunque el gobierno de El Salvador se abstuvo de votar, al igual que Nicaragua, Irán e Iraq.
Ayer, la ONU también bloqueó un pronunciamiento de Rusia en el Consejo de Seguridad, el cual, según las potencias occidentales denunciaron como un cínico intento de tapar su agresión contra el país vecino. Moscú sufrió una clara derrota diplomática, pues únicamente China respaldó su iniciativa.