Khalid Payenda no es como cualquier otro conductor de taxis contratados por medio de una aplicación.
Hasta agosto de 2021, Payenda residía en su natal Afganistán y su trabajo era muy distinto del actual. En lugar de conducir pasajeros por las principales calles de Washington DC y sus alrededores, a su cargo tenía la responsabilidad de manejar $6,000 millones.
Y es que este conductor era hasta ese momento el ministro de finanzas de Afganistán, país que tuvo que dejar poco antes de que los talibanes capturaran Kabul y con esta ciudad, el poder de este turbulento país del Medio Oriente.
En una nota publicada en el Washington Post, Payenda narra sus experiencias como conductor de taxis en la capital estadounidense y bromea que ahora el éxito de su jornada se mide en algunos cientos de dólares, no en los miles de millones que manejaba como ministro en su tierra natal.
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Este trabajo, añade la nota del Post, le ha permitido mantener a su familia después de haber agotado sus ahorros. "Estoy increíblemente agradecido (por el trabajo). Me permite no estar desesperado", afirmó.
Además, dijo a ese medio estadounidense que este trabajo el ha permitido distraerse de la tragedia de su país, el cual sucumbió ante los fundamentalistas.
Y desde ahí, lanza reflexiones sobre la caída de su país y los responsables de esta. A su juicio, la culpa no es solo de los talibanes que se hicieron del poder, sino del gobierno del expresidente Ashraf Ghani, de los Estados Unidos y hasta de él mismo. "Le fallamos a Afganistán", reconoce.
Pero hoy, esos pasajes lucen como vestigios de una vieja vida. Su vida ya no transcurre en medio de las grandes cuentas y las negociaciones con el Banco Mundial u otras entidades financieras multilaterales. Khalid Payenda ahora recorre las calles de la capital estadounidense, rodeado de estudiantes, turistas y trabajadores que día con día disfrutan de una breve conversación y ocasionalmente dejan una propina.