Por aire, por tierra y ahora desde el mar. El ataque ruso a la ciudad portuaria de Mariúpol se está recrudeciendo a medida que la invasión a Ucrania llega a su día número 25.
Esta localidad, al sureste ucraniano, había sido blanco de algunos de los más brutales bombardeos de Rusia.
Y este domingo, además de los bombardeos desde tierra y desde los aviones de guerra rusos, la ciudad de Mariúpol recibió fuego indiscriminado desde buques de guerra colocados en el Mar de Azov.
Esto fue reportado por el Batallón Azov, formado por voluntarios ucranianos y de otros rincones del mundo, quienes denunciaron que cuatro barcos rusos se encargaron de bombardear Mariúpol
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Además de las múltiples bajas civiles, esta ciudad está siendo una de las principales fuentes de personas que buscan escapar por los corredores humanitarios, los cuales también han sido bombardeados por los rusos, quienes ya acumulan numerosas acusaciones de crímenes de guerra.
Una de las locaciones atacadas en el más reciente episodio fue una escuela de artes donde se refugiaban más de 400 personas de esta localidad.
Si bien no se conoce de momento el número de bajas civiles por este bombardeo, autoridades locales especularon que podría haber múltiples víctimas entre los civiles que ahí se resguardaban del terror de la guerra que Vladimir Putin ha llevado a su país vecino.
“El edificio ha sido destruido y la gente todavía está bajo los escombros. Aún se está aclarando el número de muertos”, indicó el ayuntamiento.
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Por su parte, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, afirmó que infligir “algo así a una ciudad pacífica (...) es un acto de terror”. Además, el mandatario lo consideró un nuevo “crimen de guerra” a añadir al prontuario de atrocidades de las tropas rusas.
Además de este ataque a la escuela, Mariúpol ha sido testigo de otros hechos barbáricos. Entre ellos, el bombardeo a un hospital de maternidad y el bombardeo a un teatro donde también se escondían cientos de civiles el pasado 16 de marzo.
Esta ciudad, de hecho, se ha transformado en el símbolo de la brutalidad de la metralla rusa y está mostrando con lujo de detalles que los civiles parecen ser el objetivo predilecto de la estrategia militar rusa que, pese a su virulencia, aún no logra sitiar Kiev y controlar Ucrania.
Desde poco después de la invasión, esta ciudad se ha quedado sin servicios recurrentes de agua, electricidad y la escasez de alimento está golpeando a quienes aún no han logrado escapar.
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Y este fin de semana, la situación se ha agravado considerablemente. Una estampa de la brutalidad rusa es la presencia de cadáveres en las calles principales de la otrora ciudad moderna y dinámica.
¿Por qué ensañarse contra Mariúpol?
En esta invasión a Ucrania, que Vladimir Putin calculaba sería mucho más corta y menos costosa, las tropas rusas han tenido mucha dificultad no solo para sitiar ciudades importantes, sino para conducir efectivamente armamento hacia sus combatientes.
Por lo tanto, Mariúpol, una ciudad portuaria, supone un punto de alta importancia estratégica, pues permitiría a las tropas rusas un gran control sobre la costa este ucraniana y les abriría un corredor logístico que conecte con las zonas que controlan por medio de separatistas en Donetsk y Lugansk.
