La exprimera dama de Honduras, Rosa Elena Bonilla esposa del exmandatario Porfirio Lobo, fue declarada culpable de los delitos de corrupción por el Tribunal de Sentencia en Tegucigalpa.
Bonilla fue acompañada por su esposo durante la lectura del falló de la repetición del juicio “coautora de un delito de fraude continuado en perjuicio de la administración pública conforme con los establecido en el artículo 482 del Código Penal”, según la resolución del Tribunal de Sentencia.
La exprimera dama también fue declarada culpable “como coautora de un delito de apropiación indebida continuada en perjuicio del patrimonio” añadió el tribunal.
Tras ser encontrada culpable de ocho delitos de fraude contra el Estado hondureño Bonilla que se encuentra resguardando prisión desde el 28 de febrero de 2018 podría enfrentar una condena de 58 a 87 años de prisión.
Mientras su cuñado Mauricio Mora, fue absuelto de este caso según la justicia argumentando “insuficiencia probatoria”. En cambio el exsecretario privado de Bonilla, Saúl Escobar, fue declarado culpable de cargos por fraude en concurso real a título de autor directo en perjuicio de la Administración Pública.
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Actualmente Escobar se encuentra recluido en una cárcel de Tegucigalpa, luego de entregarse a las autoridades.
Antes de conocer el dictamen de la corte Lobo sostuvo "si la Corte Suprema falla en contra de doña Rosa, vamos a instancias internacionales” y arremetió “Este caso se gana allá".
“La Caja Chica de la Dama”
Con este nombre se le conoce al caso en torno a los presuntos actos de corrupción cometidos por la esposa de Lobo quien fungió como mandatario en el periodo de 2010 al 2014.
Según la investigación presentada por el Ministerio Público, Elena Bonilla y su secretario privado Saúl Escobar, habrían creado una red de blanqueo de capitales para ocultar dinero proveniente de recursos públicos y que el Estado había destinado para obras sociales.
La denuncia oficial señala que Bonilla desvió aproximadamente 10.3 millones de lempiras, un equivalente de $779.000, provenientes de fondos públicos y donaciones que fueron usadas para pagar facturas médicas personales, proyectos de construcción, educación privada de los hijos del matrimonio e incluso joyería.