Hablar de Mariano Rivera es hablar de uno de los deportistas más laureados de Centroamérica, el béisbol transformó su vida. Nacido en Ciudad de Panamá el 29 de noviembre de 1969 (52 años), vivía en Puerto Caimito, un pueblo pobre a donde la familia sobrevivía gracias a que su padre laboraba en un barco pesquero. Mariano se dedicaba al béisbol, pero también al fútbol, que disfrutaba muchísimo.
Mariano Rivera nació en una familia encabezada por Mariano Rivera Palacios y Delia Jirón, siendo el segundo de cuatro hermanos. En su infancia, aprendió a jugar con sus amigos haciendo uso de cartones de leche como guantes, ramas de árbol como bates y retazos de redes pegadas como pelota.
Esta noche será el gran conversatorio con el histórico beisbolista panameño Mariano Rivera
A los 12 años, su padre le compró sus primeros guantes y tras dejar la escuela en noveno grado, a los 16 años ya trabajaba buscando sardinas en el barco que su padre capitaneaba. Poco después, tuvo que dejar este trabajo y, cuando jugaba al béisbol, sobre todo como pasatiempo, pero como campocorto, jugaba en los Vaqueros de Panamá Oeste a nivel amateur.
En 1989, a sus 20 años llegó el cambio radical. Una pésima labor de un lanzador del equipo de Vaqueros provocó que Mariano le sustituyera, sin experiencia en el puesto, pero logró salvar el partido, el resto fue sumamente rápido. Dos semanas después de ese circunstancial partido, Chico Heron, scout de los New York Yankees lo invitó a un campamento en Ciudad de Panamá, quedaron abrumados con sus cualidades de lanzador y el 17 de febrero de 1990 firmó como agente libre en calidad de amateur.
Ya en Estados Unidos y superando todos los desafíos que implicaba vivir solo, no haber hablado fluido el inglés y en otro país, sus cinco años en ligas menores lo llevaron a protagonizar muy buenas labores y para 1995 después de pasar todo el sistema de ligas inferiores subió al primer equipo de los Yankees, donde participó de 19 partidos, 10 como inicialista, foja de 5-3 y 5.51 de efectividad. El año siguiente se convirtió en cerrador, donde comenzó la explosión.
16 temporadas después terminó con el escandaloso registro de 652 salvamentos en 684 oportunidades de conseguirlo. Jugó en 1,115 partidos con la camiseta de los Yankees, tuvo una foja de 82-60 y 2.21 de efectividad en 1,283 y dos tercios de entradas disputados. Ponchó en 1,173 oportunidades a sus rivales.
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Considerado uno de los mejores cerradores de la historia, sino el mejor, el panameño fue trece veces All-Star, cinco veces campeón y, el pasado 22 de enero de 2019, entró al Olimpo del deporte al ser elegido, de manera unánime al Salón de la Fama de Cooperstown con el total de los votos, algo que jamás había ocurrido en este deporte.
Mariano Rivera estará desde hoy hasta el sábado en una serie de actividades, como un conversatorio, unas clínicas con beisbolistas salvadoreños y será parte del Juego de las Estrellas del béisbol salvadoreño, en parte, gracias a la invitación que le giró la Fundación Educando a un Salvadoreño (FESA).