José A., de 45 años, esperaba sentado en una de las sillas rojas junto a otros que llegaron con la misma intención a la sede de la Cruz Roja, en San Salvador, el pasado 22 de febrero. Minutos después escuchó una voz desde una pequeña oficina: “¡don José!”. Era la doctora Gracia Regalado, parte del cuerpo médico del Centro de Sangre de Cruz Roja Salvadoreña, quien ya tenía listo, en su escritorio, un test con algunas preguntas antes de pasar al siguiente salón.
Este fue el primer filtro previo a cumplir su altruista misión: donar sangre para algún desconocido. Ese día, José y no muchas personas más llegaron para donar; sin embargo, de acuerdo con datos de la Cruz Roja Salvadoreña, entre 2020 y 2021 el número de donantes que asistieron a esta organización creció en 3 mil 282, un 22.89 % entre un año y otro.
“Ha aumentado el número de personas que han venido a donar sangre (inscritos o registrados), pero las donaciones por reposición, no los donantes altruistas”, señala la doctora Regalado. La galena explica que los donantes por reposición son los que comparten de su sangre para una persona que necesita transfusión ante una intervención hospitalaria, mientras que los altruistas son los que donan “sin mirar a quien”.
En cifras de la Cruz Roja Salvadoreña, las donaciones por reposición se contabilizaron así: para 2019 fueron 2 mil 353 (20 % del total de personas que asistieron a donar); en 2020, 7 mil 445 (67 %); y en 2021 hubo un registro de 8 mil 854 (62 %).
En la oficina, José contestó a las preguntas de la doctora: ¿Padece de alguna enfermedad como diabetes o infección en vías urinarias? ¿Toma algún tratamiento? ¿Durmió más de seis horas? ¿Tiene una pareja estable? ¿Ha mantenido contacto sexual con otra persona que no sea su pareja? ¿Toma alcohol? ¿Tiene tatuajes recientes? ¿Se siente ansioso? ¿Comió bien? ¿Ha tenido COVID-19 en los últimos tres meses? ¿Se ha vacunado recientemente contra COVID-19? José reprobó el test: el 15 de enero de este año fue diagnosticado con SarsCoV2. Según indicaciones del Ministerio de Salud, para que una persona sea apta para donar sangre tienen que haber transcurrido tres meses de recuperación. “Iba con toda la voluntad de donar sangre, pero lastimosamente hay que esperar ese periodo; aunque igual, estoy en el deber de apoyar en las estrategias que sean buenas para los demás”, afirma José A., administrador de empresas de profesión.
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Con base en los datos propios, el número de personas atendidas por la Cruz Roja Salvadoreña que no fueron aptas para donar (diferidas o rechazadas) se incrementó durante el año pasado respecto a 2020, un escenario en el que las diferentes variantes de SarsCoV2 iban marcando el ritmo de la pandemia a nivel nacional y mundial.
En datos: en 2020, de 549 personas calificadas como no aptas para donar por diferentes infecciones, 250 lo fueron porque aún estaban dentro del lapso de tres meses de recuperación de COVID-19. Para 2021, el número de diferidos o no aptos por la misma causa subió: de 518 que se acercaron a donar en este Centro de Sangre, 272 no fueron admitidas para dar parte de su sangre. “La pandemia es una causa, nos ha limitado en gran medida, sí; pero no es la única causa, hay personas que tienen riesgos por parejas múltiples, tatuajes extensos o recientes, vacunas, enfermedades cardiacas, problemas renales, etc., que son situaciones que evaluamos antes de que la persona donante pase a donar”, señala la profesional.
“El COVID-19 como tal y también las vacunas contra COVID-19, las dos situaciones se han sumado y nos han reducido el número de donantes, pero hay donantes que no tienen riesgo y a esos sí los pasamos a donar”, añade. Regalado manifiesta que para que una persona no sea rechazada por la vacuna anti COVID-19 debe esperar 15 días posteriores a la inoculación para poder donar. Esto es porque la generación de anticuerpos contra SarsCoV2 en lugar de ayudar puede afectar al receptor.
Los registros de 2021 de la Cruz Roja Salvadoreña detallan que de 332 personas que fueron rechazadas por cualquier tipo de vacunas, 291 lo fueron por la anti COVID-19. Para enero de este año, de 13 casos, 12 fueron por la vacuna contra el coronavirus.
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“El tema de la pandemia ha venido a afectar, pero es importante tener esa empatía con los demás en los momentos difíciles. Uno no se los espera, pero hay necesidad de que participemos todos”, reflexiona José.
En tanto, en medio de esas cifras en números rojos la cantidad de personas que fueron aptas, entre 2020 y 2021, suma 15 mil 468, frente a los 9,932 diferidos en el mismo período.
“No es que uno no quiera que la gente pase a donar, sino que evaluamos cuál es el riesgo para el que va a recibir la sangre y el que va a dar la sangre”, aclara la experta en salud.
Ese 22 de febrero, José no pudo donar parte de su sangre, pero asegura que al cumplirse los tres meses lo intentará de nuevo. “Sí, me gustaría. Claro que sí”, concluye entusiasmado.