Para los residentes del cantón San Miguelito, municipio de San Francisco Morazán, departamento de Chalatenango, la problemática de los desaparecidos había sido ajena, al menos desde el fin del conflicto armado en 1992.
Es por eso que la desaparición de Lorena Carolina Avelar les ha tomado por sorpresa. “Es el primer caso que se ve aquí, por eso todos estamos sorprendidos, porque nunca había sucedido algo similar. Ella es una muchacha tranquila y no se metía con nadie y quisiéramos que esto se aclarara.”, dice María, una de las vecinas de Lorena.
Cinco días antes de la misteriosa desaparición, la familia recibió el aviso de que Lorena estaba siendo golpeada por su compañero de vida, por lo que le llamaron inmediatamente. “Ella nos dijo que estaba encerrada con sus dos niños porque él estaba afuera con un corvo (machete)”, relata una familiar, desde el anonimato, por su seguridad.
Los parientes de Lorena, como siempre lo hacían cuando sufría maltratos y golpes del padre de sus dos hijos, le ofrecieron ayuda para ir por ella y llevarla de regreso a la casa de su madre, en una zona rural de Tejutla, a unos 25 kilómetros desde donde vivía la joven con el padre de sus dos hijos.
Al principio, la mujer aceptó la ayuda pero les dijo que tenía temor porque su pareja la había amenazado que si denunciaba ante la Policía, la mataría. “Nosotros por el mismo miedo que le hiciera algo, no fuimos donde ella”, añade la familiar.
Un día después, Lorena les dijo a sus parientes que ya no llegaran por ella, nuevamente su compañero de vida le había prometido que ya no la golpearía. “Ella nos dijo que el muchacho le había pedido disculpas, que olvidara eso, que ya no volvería a pasar”, relata.
La familia, en un intento por ayudarla, le recomendaron que pensara bien las cosas, que bajo esa situación podría pasar algo peor, pero ella dijo que lo hacía por los niños, para que estuvieran con su papá. Esa fue la última comunicación que la familia tuvo con Lorena.
Dificultad para denunciar
La familia de Lorena relata que fue hasta el 6 de diciembre de 2021, en la tarde, cuando la pareja de la joven les informó que ella había desaparecido el día anterior.
Les dijo que mientras él andaba trabajando, ella había salido a la tienda y que no había regresado, pero hasta ese momento él no había reportado el caso ante las autoridades.
Los parientes de Lorena se movilizaron desde Tejutla hasta el cantón San Miguelito, en San Francisco Morazán, frente a la noticia de la desaparición.
La única información que recibieron es que ella salió a comprar a las 10 de la mañana, dejó a los dos niños en casa y ya no volvió.
Los familiares hicieron un recorrido por el cantón San Miguelito y el municipio de San Francisco Morazán para ver si alguien la había visto, pero no tuvieron ninguna respuesta. En la tienda les dijeron que ella no había llegado el día anterior.
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Luego localizaron un puesto policial, pero en ese municipio solo hay una base de un Grupo de Tarea Conjunta; es decir, de una patrulla de soldados y policías, en donde no se reciben denuncias por escrito.
Los residentes explican que si quieren poner una denuncia deben ir al Juzgado de Paz más cercano. A las 7 de la noche de aquel día, en que la familia de Lorena la buscaba, ese juzgado ya se encontraba cerrado y la posibilidad de iniciar un rastreo formal del caso, se dificultó.
Ante esa dificultad, se movieron al municipio más cercano, San Rafael, que está a unos siete kilómetros, pero según explican, ahí tampoco encontraron un puesto donde poner la denuncia. Por la hora, decidieron ir a un municipio más grande, tres kilómetros más allá, Dulce Nombre de María.
En el puesto policial de Dulce Nombre de María les tomaron algunos datos y después de esperar varias horas, les explicaron que no se podía poner la denuncia ahí, pero que era obligatorio que se presentaran al siguiente día en la Fiscalía General de la Fiscalía de Chalatenango.
Es así como la familia logró poner la denuncia hasta el tercer día de la desaparición de Lorena, pero hasta ahora las autoridades no han dado con el paradero de la joven, ni les han brindado información de cómo avanzan las investigaciones sobre el caso.
Por el momento, los hijos de Lorena se encuentran con la familia materna y aunque la Fiscalía tiene conocimiento del caso, en ningún momento se les ha brindado los primeros auxilios psicológicos. “Los niños están bien afectados, nos preguntan por ella y dicen que sueñan con ella” dice la persona que los cuida.
Una de las parientes reflexiona, que las autoridades se centran en otras cosas menos importantes y no en los casos de personas maltratadas o desaparecidas.
“Como familia solo pedimos que el caso de Lorena, no quede como uno de tantos en el olvido. A sus niños, todo el mundo sabía cómo los quería y que no los iba a dejar así por así” asegura su pariente.