La madre de Alexa Landaverde se consuela con haber sepultado las osamentas de su hija, que fueron encontradas en el fondo de un pozo en el cantón Zapotitán, de Ciudad Arce, luego de 49 días desaparecida.
“Es doloroso, tengo un gran vacío pero me queda el consuelo de que voy a tener un lugar donde llevarle flores”, dice Leonarda, frente al ataúd de su hija antes de salir hacia el cementerio.
Mujeres y niños acompañaron a pie el cortejo fúnebre, sobre la angosta y polvorienta calle que conduce desde el cantón La Toma hasta el centro de Quezaltepeque.
Los hombres de la zona donde vivía Alexa no pueden llegar hasta el cementerio debido a que este se encuentra en un territorio controlado por la pandilla contraria.
Conforme avanzaba el recorrido más acompañantes se fueron uniendo a los dolientes, entre ellos dos agentes del CAM para brindarles seguridad.
Leonarda, la madre de Alexa, dice que ha perdido las ganas de vivir tras el asesinato de su hija, con quien vivía, además, era su soporte económico.
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Alexa era la última de los 13 hijos que tuvo Leonarda y que crió sola, trabajando como ayudante en una tortillería.
“Ella era mi alegría, siempre me hacía reír. Era bien linda pero me la quitaron,” dice resignada.
Esta es la cuarta ocasión en que la violencia le arrebata la vida a la familia de Leonarda. En años anteriores, le fueron asesinados una hija de 14 años, un hijo de 16 y un nieto de 12.
Pareja sentimental, supuesto asesino
Alexa Landaverde fue reportada como desaparecida el 10 de diciembre después que saliera con su pareja sentimental y ya no volviera a casa.
Pasado un mes, la policía capturó a José Elías Morales Hernández, pareja de Alexa, como sospechoso de su desaparición.
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La captura se dos días después que las autoridades localizaron las osamentas dentro de un pozo seco en un predio baldío en el cantón Zapotitán, en Ciudad Arce.
Jessica Hernández, educadora de Aspidh Arcoiris Trans, expresó que el caso de Alexa es un crimen por odio, por la forma que fue desaparecida, asesinada y encontrada dentro de un pozo.
La activista dice que en el país no hay casos sentenciados bajo la tipificación de este delito. La madre de Alexa sólo espera que se haga justicia, aunque dice que esto no le devolverá a su hija.