Por tercer día consecutivo, el equipo argentino de Antropología Forense y el Instituto de Medicina Legal trabajaban ayer en el cantón La Joya, de Meanguera, para exhumar los restos de al menos cinco víctimas de la masacre ocurrida en diciembre de 1981 en ese sitio aledaño a El Mozote.
La abogada del equipo de Justicia Transicional de Cristosal, Irene Gómez, explicó que hasta ayer por la tarde habían sido abiertas ocho trincheras en la zona de excavación, sin que haya habido hallazgos de restos humanos. Por tal motivo, los trabajos continuarán hoy y mañana.
Guadalupe Hernández, abogada acusadora que representa a las víctimas por parte de Cristosal, explicó que el terreno donde se han hecho las excavaciones fue la vivienda de María Francisca Reyes, donde fueron asesinados ella y sus tres hijos de 11 meses, 3 y 5 años. Así como una bebé de 11 meses, quien había sido entregada a la familia para que la cuidaran mientras sus padres se escondían.
Hernández agregó: “Al día siguiente, cuando vuelve el papá, descubre que la familia había sido masacrada y no encuentra a su hija”. Los cuerpos fueron sepultados, pero sin ser identificados.
Las excavaciones terminarán el 25 de febrero y se llevan a cabo a solicitud de la Comisión Nacional de Búsqueda de Niños y Niñas Desaparecidos en el Conflicto Armado ante el Juzgado de Instrucción de San Francisco Gotera, donde se ventila el caso.