Una pequeña esquina, en la colonia Reparto Los Santos II, del municipio de Soyapango, ha sido por más de 10 años el lugar de trabajo de Abigail Villanueva Mancía, quien junto a su hermana y sus tías aprovecharon sus habilidades culinarias para conquistar el paladar de los transeúntes con sus exquisitos platillos típicos derivados del elote.
Hace ocho meses atrás la vida de esta joven salvadoreña transcurría con toda normalidad. En su municipio era conocida como “la joven que vende tamales” y dedicaba la mayoría de su tiempo al trabajo familiar.
Sin embargo, un día, atraída por la popularidad que estaba tomando la red social de TikTok, se animó a hacer su propia cuenta con el usuario de @sunshine_21_43 y comenzó a subir videos bailando sin imaginar que el destino le tenía preparada una sorpresa.
“Yo jamás en mi vida esperaba esto. Todo fue de sorpresa, todo fue de la nada que se me fueron los videos virales y ya después las personas me comenzaban a reconocer, me pedían fotos y se sentía bien bonito”, explicó con alegría Mancía.
Y es que la hermosa joven de 21 años de edad comenzó en poco tiempo a tomar gran realce en la red china, pues la mayoría de sus videos los grababa en el negocio y eso despertó el asombro de algunos usuarios quienes aplaudían su esfuerzo y dedicación al ser una mujer luchadora. Acá inicia su popularidad.
Al pasar las semanas, las personas ya no solo llegaban a su local a comprar tamales, elotes, atoles u otros platillos, sino también a sacarse una fotografía con ella o simplemente a saludarla. Mientras que algunos tiktoks también la buscan para poder hacer colaboraciones.
“Las ventas durante la pandemia todo se vino abajo. Entonces si nos costó levantarnos, pero ya con los tiktoks creo que ha sido una gran ayuda la verdad, porque hay gente que viene y me dice ‘ay, yo te veo en TikTok’, por eso creo que la venta ha incrementado gracias a Dios”, afirmó la carismática joven.
Abigail había pasado del anonimato a ser la sensación en TikTok. Y eso le permitió que sus videos obtuvieran millones de reproducciones, miles de “Me gusta” y que se viralizaran en otras redes sociales. Su imagen ya circulaba en diferentes países de Latinoamérica, entre ellos Perú, México, Guatemala, Honduras, Chile, incluso Estados Unidos.
Es a partir de eso que la bautizan como “Abigail, la tamalera”, cuyo nombre se lo apropió para que hoy en día se presente así en cada actividad donde asiste.
Su hermana Beatriz Mancía es parte del equipo que la apoya y es a ella a quien le adjunta parte de su éxito. Puesto Beatriz es quien la graba, edita sus videos y hasta la aconseja en este nuevo camino.
“Todo es mi hermana, ella es como mi mánager no profesionalmente, pero si me ha ayudado en muchísimas cosas y pues le estoy agradecida. También mi mami que siempre me apoya y está pendiente de mí”, aseguró la joven de los tamales.
La madre de Abigail y Beatriz están orgullosas de ver cómo cumple sus sueños, por lo tanto, se proclaman las fans número uno de ella.
“La verdad me siento orgullosa de ella, ya que no me espera un cambio radical así que le fuera bien en las redes sociales. Cuando le ayudo me siento súper cómoda, sobre todo porque es mi hermana y le tengo confianza”.
Inspiración para otras personas
“Yo me siento bastante orgullosa porque una nunca se puede imaginar que puede ser una imagen a seguir y sí, hay varias niñas que me escriben y me dicen ‘Abi mira a ver cuándo grabamos juntas en mi negocio’ o ‘quiero ser como tú’ y pues se siente bonito”, acuñó.
Y es que Abigail asegura que el trabajo es lo que más la dignifica, por eso quiere demostrar a sus más de 1.9 millones de seguidores en TikTok que las salvadoreñas son mujer luchadoras, soñadoras y comprometidas con lo que se proponen.
“Me considero una persona bastante carismática, soy una persona que le gusta soñar alto. Tengo varias metas que cumplir, entre ellas, tener mis propios negocios siempre de típicos de elotes, tener una micro empresa y muchas cosas más”, reveló.
Además, entre esos sueños también está representar a El Salvador en el concurso de Miss Universo, ya que muchas personas le han hecho esta propuesta y por medio de comentarios la están animando a que se inscriba al certamen nacional y así buscar la corona para llevar el nombre el país en su pecho.
“Me encantaría la verdad, porque ya traté una vez de participar en un concurso de belleza en Soyapango, lastimosamente no se pudo, pero voy a volver a intentarlo y a ver qué sucede. Me gustaría mucho participar para Miss Universo y representar a mi país”, dijo entusiasmada.
La cuscatleca tiene seguro que nadie ni nada puede “apagar sus sueños”, pero muchas veces tiene que afrontar los duros y desagradables comentarios de los ‘haters’ que buscan desanimarla o hacerla sentir inferior.
“Hay unos comentaros demasiado negativos y lo único que hago es eliminarlos, pero cuando me están comentando en un video y luego en otro lo que hago es bloquearlos. Así se acaba el problema para mí”, detalló.
La salvadoreña se encuentra todos los días en el pequeño local, a partir de las 3:30 de la tarde, para vender los platillos derivados del elote, un negocio que inició su madre hace 20 años y que fue adquirido por ella, su hermana y su tía hace 10.