Ayer a las 10:40 de la mañana, frente al viejo hospital Rosales, un enfermo trata de tapar su rostro con la mano. Luce fatigado y abrumado por estar bajo el sol. El hombre está acostado sobre una camilla improvisada, hecha con dos tablas de madera unidas con clavos y sobre ellas un colchón cubierto de una fina sábana. Estaba postrado en la parte trasera de un desgastado pick-up que la familia alquiló para trasladarlo desde el interior del país hasta la capital.
“Hemos andando de portón en portón y nadie nos dice nada”, manifiesta el conductor del vehículo, quien no puede ocultar lo agitado de su estado.
El paciente con mucho esfuerzo dijo que fueron a Emergencias del hospital pero no ingresó; ahí le habían explicado que lo que necesitaba era una sonda en el abdomen y que para recibir ese tratamiento necesitaba una referencia; es decir que fuera remitido de otro centro médico al Rosales.
“No sabemos qué hacer. Nadie nos dice nada”, exclama su familia, después tratar de hablar con el vigilante del portón del Rosales.
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El paciente pasó más de 15 minutos bajó el sol a la espera de atención médica. Cuando le dieron el aval para entrar, la familia se apresuró a bajarlo del pick up y llevarlo sobre las tablas hasta el interior del hospital.
“Ni una camilla le dieron”, protestó una mujer que estaba observando lo que ocurría, quien también esperaba a su familiar bajo el sol; antes había árboles en esa acera, pero los talaron y ahora solo quedan los troncos.
Aunque el paciente accedió a que quedara registrado en las fotografías lo que le sucedía, pidió omitir su nombre y otros datos de su condición médica y personal.
El Rosales, fundado el 13 de julio de 1902, siempre ha significado el reflejo del sistema de salud salvadoreño y es una promesa de los gobiernos. Este es el principal centro hospitalario que no únicamente recibe a personas de la capital sino a cientos de personas del interior del país e incluso de los habitantes que colindan en las fronteras con El Salvador. Frente al hospital viejo existe un predio donde se demolió el antiguo edificio de Maternidad, ahora es un parqueo árido para el personal de salud.
El 17 de septiembre de 2021, el presidente Nayib Bukele tuitió: “Nuevo Hospital Rosales: en camino. Estamos haciendo en poco tiempo, lo que no se hizo en décadas”. Ese mismo día el ministro de Salud, Francisco Alabí, en ese parqueo árido, anunció que se estaría construyendo la primera fase con un presupuesto de $50 millones de dólares en un plazo de 25 a 30 meses, sin especificar fecha de inicio. Seis meses después en Minsal anuncia un retraso para entregarle el proyecto a Ministerio de Obras Municipales (DOM).
Esto implica que la población deberá de esperar aun más el nuevo hospital Rosales.
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