Dos grandes noticias marcaron la vida de la reina Isabel II de Reino Unido el 6 de febrero de 1952, cuando fue informada sobre la muerte de su padre el rey Jorge VI, por lo que sería coronada reina de los británicos, un año más tarde.
Los medios señalaron “se subió a un árbol siendo princesa y bajó siendo reina”. Cuando su esposo Felipe de Edimburgo le informó la noticia, se encontraban en una visita oficial en Kenia. Pragmática y tranquila, luego de recibir la noticia la nueva reina se disculpó “Lo siento mucho. Esto significa que todos tenemos que irnos a casa”, antes pidió pasar una hora a solas en su habitación.
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En estas siete décadas como monarca, Isabel II, ha sido testigo de grandes eventos de toda la humanidad, desde la posguerra hasta la pandemia de la covid-19. Su vida no fue específicamente color rosa debido a que su matrimonio estuvo plagado con infidelidades de su esposo las que ella justificaba “Los hombres tienen ciertas necesidades y eso no significa que quieran menos a sus esposas”.
Pero a sus 95 años la tranquilidad no ha llegado a su vida pues recientemente el palacio de Buckingham se vio sacudido con el matrimonio del entonces príncipe Harry, nieto de la reina que posteriormente renunciaría al título, pero amenazó con iniciar acciones legales para mantener su manutención y seguridad privada en Estados Unidos.
Otra de las más fuertes polémicas que han empañado el brillo de la corona son las acusaciones de agresión sexual de su hijo Andrés, quien fue destituido de todos los cargos y títulos honoríficos para enfrentarse a un juicio por sus actos.