"El presidente de El Salvador es probablemente el único jefe de Estado en el mundo que utiliza fondos públicos para comercializar Bitcoin con su teléfono” (Bloomberg). “Es difícil justificar que un gobierno comercialice un activo tan riesgoso con dinero de los contribuyentes en circunstancias tan opacas. La caída del criptoactivo se ve eclipsada por la caída de bonos de la nación, que ha elevado los costos de financiamiento para El Salvador (Nathalie Marshik, de Stifel Nicolaus & Co. De Nueva York).
La agencia de bolsa especializada Amherst Pierpoint duda de que la emisión del bono Bitcoin del GOES pueda atraer a los inversionistas. “No se puede comparar el 6.5% que ofrece el Bono Volcán, pagadero en 2032, con el rendimiento del 17% del eurobono en esa misma fecha”. Paul Krugman, Nobel de Economía califica el Bitcoin como la nueva hipoteca basura. “No podemos ver para qué sirven las criptomonedas, además del lavado de dinero y la evasión de impuestos”. Para el periodista holandés Merijn de Waal, “Bukele sigue comprando Bitcoin con dinero de las arcas del Estado, pesar de su devaluación. Y desde su elección en 2019, Bukele ha puesto el Poder Legislativo y Judicial bajo su control total, para que hicieran del Bitcoin un medio de pago”.
A cuatro meses de la Ley Bitcoin, economistas y expertos bitcoiners se siguen preguntando “¿quién tiene la custodia de estas criptomonedas?”. El Ministro Zelaya responde que el dueño de los Bitcoin es Bandesal. Pero Anita Posch, experta y miembro de la Asociación Austríaca del Bitcoin, responde que “las claves de los más de 1,300 BTC que posee El Salvador, están en la empresa estadounidense BitGo”.
Pero para Bukele, y su embajadora invisible en EE.UU., El Salvador será el centro financiero de América Latina, porque quienes ya son millonarios, con el Bitcoin invertirán en el país no menos de $1,000 millones en Bonos Volcán. Respondió de manera grosera y vulgar, a las calificadoras de riesgo y a las sensatas recomendaciones del FMI de derogar la Ley Bitcoin para aliviar el difícil panorama fiscal del país. Hasta los mismos devotos creyentes del criptoactivo lamentan que “Bukele no es el héroe del Bitcoin que necesitamos” pues Nasdaq, la bolsa de valores automatizada de EE.UU., considera que “el comportamiento autoritario de Bukele es un anatema contra los ideales ciberlibertarios que sustentan las criptomonedas, que es ideológicamente hostil tanto al poder estatal como a la vigilancia digital, presentes en la administración de Bukele”.
Bukele se jacta de que con las ganancias está construyendo un hospital veterinario, lo que desmiente de manera contundente Ricardo Castaneda del ICEFI: “Los números no cuadran: porque para tener ganancias se tendrían que haber vendido los bitcoin, y si según el GOES no se han vendido, ¿cómo va a tener ganancia?”. Se calcula que Bukele ha comprado Bitcoin por aproximadamente $300 millones, más s $150 millones del Fideicomiso, más el bono de $30 para los supuestamente 3 millones de usuarios de la Chivo suman varios millones de dólares, que no están incluidos en el Presupuesto General de la Nación.
Es un contraste cruel e ingrato el despilfarro de un mandatario que se divierte, como en un casino especulando con Bitcoin y ofreciendo un paraíso para millonarios en Ciudad Bitcoin, mientras el Hospital San Rafael tiene un año con la máquina de Rayos X arruinada y no hay medicinas en los hospitales. Hasta los alcaldes de NI de muchos municipios pobres han tenido que aumentar los impuestos, olvidarse de las mejoras necesarias, o quitar a la población los Centros de Alcance, que con la ayuda de USAID permitía a niños y jóvenes el uso de tecnología, con computadoras y fotocopiadoras. ¿Qué se hicieron los millones del FODES, que por ley debían entregarse mensualmente a los alcaldes? ¿Sirvieron para comprar Bitcoin? La bancarrota anunciada parece cada vez más cercana, así como un aumento desmedido de la pobreza. Gracias al Bitcoin.
Maestra.