La “hermana Pacita” fue asesinada. El cadáver que el lunes fue desenterrado a pocos metros de donde vivía es el de ella, según confirman vecinos de la mujer de 67 años.
De acuerdo con vecinos de María Pastora Vásquez de Espinoza, conocida como “hermana Pacita”, en la mañana de este jueves fueron notificados que el cadáver recuperado el lunes, correspondía a la señora.
Como la víctima no tenía familiares, unos vecinos se han movilizado al Instituto de Medicina Legal (IML) para retirar el cadáver.
De acuerdo con los informantes, las autoridades les dijeron que les entregarán los restos en un ataúd sellado. No obstante, les permitirán velarlos.
Esto último será en las instalaciones de la Iglesia de Jesucristo la principal piedra del ángulo, en la calle principal de la colonia San Antonio del cantón Cuyagualo, municipio de Colón, departamento de La Libertad, que es donde la víctima se congregaba desde hacía muchos años, dijeron vecinos.
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María Pastora desapareció desde el viernes de la semana pasada. La última vez que algunos de sus vecinos la vieron con vida fue como a las 3:30 de la tarde de ese día.
Tres días después, es decir, el lunes pasado, un grupo de vecinos que se dieron a la tarea de buscarla, encontraron un cadáver semienterrado entre una arboleda y matorrales que está distante unos 120 metros de la champa de lámina en la que la hermana Pacita vivía con una menor de 15 años, a quien había criado desde los cinco, según refieren vecinos y miembros de la iglesia evangélica.
La hermana Pacita vivía en condiciones extremas de pobreza. La champa que le servía de casa no tenía ni agua ni energía eléctrica. Ella la había construido en un terreno ajeno, de personas que viven en el exterior, expresan vecinos.
La señora sobrevivía de una pequeña venta de tortillas que ella misma hacía y salía a repartir.
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Vecinos y miembros de la iglesia en que se congregaba le ayudaban regalándole alimentos.
Por el asesinato de la hermana Pacita, las autoridades policiales aún no han capturado a ningún sospechoso.
Aunque el lugar es controlado por pandilleros, en este caso, algunos vecinos afirman que la hermana Pacita había sido amenazada por dos personas que frecuentemente le ocasionaban problemas a la sexagenaria.