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Mercosur: la cumbre de las crisis

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Por Pascal Drouhaud
Politólogo, presidente LATFRAN

La cumbre de los Jefes de Estados miembros del Mercosur acaba de celebrarse en Río de Janeiro. Los países miembros siendo Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Venezuela (suspendido desde 2017), juntos con asociados (Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Bolivia), se juntaron en un contexto complejo.


Este 10 de diciembre, Javier Milei toma posesión como Presidente de Argentina. Alberto Fernández tuvo que participar a la Cumbre pero su presencia lucía más como una despedida mientras su sucesor fue elegido sobre un programa económico en ruptura, creando expectaciones con sus vecinos, empezando por Brasil. Las tensiones entre Venezuela y Guyana, sobre la región del Esequibo, rica en petróleo, administrada por Guayana pero reivindicada por Caracas, reforzaron el ambiente de tensiones regionales. Y por supuesto, la falta de acuerdo con la Unión Europea sobre un acuerdo comercial contribuyó en hacer de esta cumbre, un momento multilateral muy particular.


Visto desde Europa, la cumbre parecía ser la de todos los peligros para ese acuerdo: firmado inicialmente en 2019 después de 20 años de negociaciones, pero nunca ratificado, no podía ser concluido en Río. El presidente francés, Emmanuel Macron, hizo conocer desde hace pocos días su desacuerdo desde la Cumbre de la COP 28 en Dubáï, tratando sobre temas medioambientales tanto como para el sector agro-alimentario francés. Por su parte, Argentina puso nuevas condiciones comerciales, volviendo hipotético el acuerdo entre estos dos espacios comerciales. Los sectores agro-alimentarios están en el centro de la temática.


Para el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, era importante, a pesar de todo, mostrar una dinámica. Por cierto, desde su regreso al poder intenta tomar una forma de liderazgo sobre el escenario internacional: bastante ausente en el medio ambiente generado por la guerra entre Ucrania y Rusia, América Latina rompió con una forma de neutralidad desde el 7 de octubre pasado cuando el Hamás llevó a cabo ataques terroristas con Israel, abriendo tiempos de guerra en la Franja de Gaza. Desde entonces, varios fueron los países en tomar posición en pro o en contra de uno de los dos actores involucrados. La tendencia general gira hacia el "respeto al derecho internacional”. Paraguay, Argentina y más con la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, Costa Rica, Guatemala, Perú, tomaron posición en favor de Israel.

Colombia y su presidente Gustavo Petro abrieron una fase de tensiones con Tel Aviv cuando Bolivia rompió sus relaciones con Israel. Percibido a través de situaciones o conflictos internos, esta guerra sucede sobre una dimensión existencial y de visión de una organización mundial que favorece una nueva participación latinoamericana.
El presidente brasileño lo sabe, razón por la cual la cumbre de Río le ofrecía una vitrina regional e internacional: Bolivia ha sido admitida después de haber esperado su entrada desde 2012. También se firmó un acuerdo con Singapur, considerado como una puerta de entrada a Asia. Pero la actualidad regional se enfocó sobre la crisis que actual entre el Venezuela y Guyana. Después den un "referendo" que se concluyó por una forma de plebiscito (95% con 50% de participación) en favor de una y denunciado por la oposición a Nicolás Maduro como una diversión política, Venezuela sigue firme en su reivindicación de la provincia del Esequibo. Con sus 160.000 km2 y 125.000 personas, es rica por su petróleo, volviendo temas suficientemente preocupantes para ser inscritos el viernes 8 de diciembre pasado en la agenda del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.


Los países suramericanos instaron este jueves a Venezuela y Guyana a evitar “acciones unilaterales”, en medio de la creciente tensión entre ambos países por el dominio de la región del Esequibo, que Caracas pretende anexionarse.
Los firmantes expresaron en la nota “su profunda preocupación con el aumento de las tensiones” entre Venezuela y Guyana.


“América Latina debe ser territorio de paz y en el caso presente trabajar con las herramientas de su larga tradición de diálogo”, sentenció la declaración, que fue propuesta por Brasil, que hasta este jueves ocupaba la presidencia rotativa del Mercosur.


En la plenaria de la cumbre presidencial del Mercado Común del Sur (Mercosur), el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, remarcó que “no quieren guerras” en Suramérica, “ni necesitan conflictos” en la región, sino promover “la paz”.


Vladimir Putin, aliado de Venezuela, llamó a una solución pacifica, reforzando una proceso de dramatización y expansión internacional de la crisis. Brasil no oculta la atención particular que lleva sobre el tema, por las amenazas que lleva hacia "la paz y estabilidad" en la región amazónica. Ha vuelto otro tema para el presidente Lula para aparecer como un posible mediador sobre un nuevo foco de tensiones. Más que nunca, la Cumbre del Mercosur en Río de Janeiro ha sido importante, ilustrando un riesgo de inflexión que se refleja en las tensiones actuales a nivel internacional.

Politólogo francés y especialistas en temas internacionales.

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Alianza Aduanera Sudamericana Mercosur Opinión

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