¡Son 80! Es el número de rehenes israelíes y extranjeros que han sido liberados desde el viernes 24 de noviembre, a raíz de cuatro días de tregua, prorrogada desde lunes 28 de noviembre por dos días más. 50 rehenes fueron liberados en el marco de un acuerdo con Israel llevado a cabo por Catar, con el compromiso de Washington y Egipto que prevé la liberación de 50 israelíes; 19, esencialmente extranjeros de Tailandia, Francia, Indonesia, Alemania y Argentina lo fueron al margen de dicho acuerdo.
Lunes 28 de noviembre, una cuarta liberación se concretó: se trataba de 11 rehenes, entre los cuales había tres franco-israelíes.
Terrible cuenta regresiva. El tema de los rehenes es otra dimensión de una guerra que estalló a raíz de los ataques del Hamas en Israel el 7 de octubre pasado. El acuerdo al cual se pudo llegar a través de la intercesión del Emirato de Catar suponía una tregua en Gaza y la liberación para cada rehén en manos de Hamas, de activistas o el domingo pasad, fueron liberados 17 rehenes entregados al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) encargado de llevarlos a territorio egipcio. Estas liberaciones incluyen a rehenes israelíes como Maya Regev, de 21 años de edad, raptada con su hermano de 18 años mientras intentaban huir del festival de música “Tribe of Nova”. Un video los había mostrado atados a la parte trasera de una camioneta. Emily, de 9 años de edad, israelo-irlandesa, también fue liberada haciendo recordar la condición multinacional de los rehenes: tailandeses, un ruso, filipino, entre otros.
Israel, por su parte, libera prisioneros palestinos, todos mujeres y jóvenes de menos de 19 años. Israa Jaabis, de 39 años, es la más conocida: condenada a 11 años de cárcel, había hecho explotar una cisterna de gas en un retén israelí en 2015. Quedó con una parte de su cara quemada de la misma manera que el policía Moshe Chen, con graves quemaduras en parte de su cuerpo. Todos tenemos las imágenes de Zachri Ohad Munder, de 9 años, en los correderos de un hospital, volviendo a ver a a su padre después de 50 días de infierno. Había sido capturado con su madre y sus abuelos. Abigail Idan, con la doble nacionalidad israelí y estadounidense, de 4 años de edad, representa la atrocidad de los hechos : raptada en el kibutz Kfar Gaza mientras sus padres fueron asesinados, huyó de la casa de familia para protegerse en la de la familia Brodetz, que fue también capturada. El presidente Joe Biden se había comprometido con su liberación.
La tregua humanitaria firmada para cuatro días, en vigor desde el viernes 24 de noviembre, puede ser renovada. Obviamente, la estrategia política consiste en transformarla en un cese al fuego. En esta siniestra realidad, los rehenes están en el centro de la problemática. A partir del 7 de octubre pasado fueron 250 personas retenidas. Hoy en día se sabe que no están todas en manos del Hamas, volviendo más compleja la situación. Este acuerdo de tregua contenía también la entrada de ayuda humanitaria y gasolina en la Franja de Gaza desde Egipto. Fueron 248 los camiones que entraron en este territorio desde el sábado 25 de noviembre; 61 de ellos entregaron agua, alimentos, material medical.
El ejército israelí considera la parte norte de Gaza como zona de combates y advirtió a la población que debía irse antes del principio de sus bombardeos en un territorio que reveló contar con más de 800 kilómetros de túneles ocultos y que permiten ocultar material de guerra, moverse sin necesidad de salir al aire y organizar ataques.
Es decir, llevar a cabo una estrategia de guerrilla. Se trata de ganar espacio en los espíritus, operacionalmente con un objetivo político: consolidarse, aparecer como el único interlocutor palestino, volviendo central a nivel internacional este tema mientras parecía olvidado estos últimos años. Los acuerdos Abraham, además de la normalización con Israel de las relaciones de países como Marruecos, incluso Sudán, antes de la guerra civil que estalló en abril pasado, aceleró esta sensación. Pero el 7 de octubre cambió este rumbo y el ritmo histórico al cual se estaba sumando Arabia Saudita.
Desde entonces, la onda de choque de la guerra ganó todos los espacios de las relaciones internacionales. Incluso en América Latina, la guerra Israel-Hamas tiene consecuencias y sacude las posiciones políticas de varios países. ¿Sería el anuncio de constitución de un nuevo frente de polarización? ¿Qué habrá en común entre el colombiano Gustavo Petro, el venezolano Nicolás Maduro y el argentino Javier Milei o el paraguayo Santiago Peña ? Por su parte, las sociedades europeas están puestas bajo presión y tensiones comunitaristas, obligando países como Francia a organizar marchas contra el antisemitismo.
Esta situación está nutrida por este dolor cotidiano traído por el caso de los rehenes que lleva emoción y toque de humanidad a raíz de la violencia cotidiana desde el 7 de octubre pasado. La esperanza se mezcla al sentido del suplicio de las familias tanto como de una nación que considera esta guerra como un acto que lleva sobre su existencia. Es su estrategia, personajes que volvieron a surgir a la luz, aunque fuese tenue, como Yahya Sinuar, el jefe del Hamas en Gaza, o Mohamed Deif, el jefe del brazo armado del movimiento. Buscan imponer la idea de una victoria contra Israel, usando dentro de otras armas a los rehenes. En este contexto y más que nunca, la amenaza está a las puertas de Israel, cuyo objetivo primero consiste en erradicar las estructuras del Hamas.
Politólogo francés y especialistas en temas internacionales